Sigue el gafe en Gran Canaria
El Espanyol se marcha de vacío de Las Palmas en un partido trabado y polémico
El Espanyol se ha marchado de Gran Canaria con una derrota que enturbia, de algún modo, el inicio de año y el excelente camino que llevaba marcado. Los blanquiazules no estuvieron precisos en algunos instantes del partido y acabaron sin premio en un enfrentamiento que pudo decantarse del lado visitante antes del único gol local. Además, al margen de la autocrítica que hicieron técnico y jugadores al acabar, el partido quedará marcado por los distintos raseros que el VAR empleó durante los 90 minutos. Recién cumplido el primer minuto de juego, la pelota pareció impactar en el brazo de Keidi Bare. El colegiado no apreció ninguna voluntariedad y el VAR tampoco ofreció una imagen lo suficientemente clara ante las tímidas protestas del banquillo canario.
El partido discurría sin sobresaltos. La UD Las Palmas parecía tener más posesión, pero sin inquietar en ningún momento a Diego López. Los blanquiazules, por el contrario, no acababan de encontrar fluidez en ataque hasta que RDT tuvo un remate tan fácil que pareció imposible que la pelota acabara por la línea de fondo. Y, lo que son las cosas, en la jugada siguiente, Keidi reclamó que le habían hecho una falta clara pero el juego continuó y, después de un par de rebotes, Rober superó a Diego López. Del 0-1 al 1-0 en 60 segundos.
La desventaja provocó que los blanquiazules pusieran una marcha más y se acercaran con más asiduidad a la meta de Álex Domínguez. Darder y Embarba no acertaron en un par de ocasiones antes del descanso.
Nada más comenzar la segunda mitad, el colegiado amonestó a Lluís López por un choque con Rober en la disputa de un balón dividido fuera del área. Cuando la falta ya estaba a punto de ser lanzada, el colegiado atendió la petición del VAR y expulsó al central al considerar que era el último jugador en una acción que no pareció especialmente punible.
Al Espanyol le tocaba seguir forzando la máquina pese a la desventaja en el marcador y a tener que jugar toda la segunda mitad con uno menos. Nico Melamed logró empatar después de una brillante acción personal. Y con la pelota ya en el centro del campo, esperando para ser jugada, el árbitro atendió de nuevo a su auricular y anuló el gol por un fuera de juego de RDT mucho antes. Nadie entendió nada, lo que provocó que el partido se fuera complicando y embarullando en el último cuarto de hora, con interrupciones constantes y nervios en ambos equipos. Al final, tampoco se tuvo en cuenta una mano que reclamó Wu Lei dentro del área ni un posible derribo a Melamed, también dentro del área, cuando enfilaba la línea de fondo.