Postales de Marbella
El Espanyol cerró ayer la pretemporada más atípica que pueda imaginarse. Condicionada por los protocolos sanitarios de la COVID-19, los blanquiazules han vivido los últimos doce días en una ‘burbuja’ en Marbella, en un escenario que también usaron durante ese tiempo equipos como Betis, Valladolid, Granada, Almería, Cádiz y Alcorcón, situados todos en un radio a muy pocos kilómetros de distancia entre ellos y compartiendo los magníficos campos de entrenamiento del Marbella Football Center repartidos en cinco escenarios. De hecho, la calidad de las instalaciones permitió que además de entrenamientos, allí se pudieron disputar partidos amistosos.
El Espanyol programó esos días pensando en disputar cuatro amistosos, pero apenas unas horas antes de viajar, el primero de los programados no fue autorizado por la Junta de Andalucía por no poder garantizar los protocolos sanitarios del rival elegido.
En cualquier caso, la plantilla dirigida por Vicente Moreno pudo entrenar con normalidad, programó sus sesiones y dispuso de campos de entrenamiento en exclusiva. El trabajo fue dando sus frutos tal y como se vio en los tres amistosos disputados. El equipo ofreció buenas prestaciones desde el primer día y tuvo momentos de mucha calidad. En todos los partidos coincidieron la solvencia defensiva y la enorme cantidad de ocasiones en ataque.
Al final, sumando el primer amistoso de la pretemporada disputado en la Ciutat Esportiva Dani Jarque (ante la SD Huesca, 1-1), los blanquiazules completaron cuatro partidos con números muy notables: dos victorias, un empate y una derrota por la mínima. Dos goles encajados y ocho, a favor.
A partir de este lunes por la tarde comienza la primera semana de trabajo de la vuelta a la competición. El Espanyol se estrenará en la 20/21 el próximo sábado, en el RCDE Stadium, a las 21.00 horas, contra el Albacete Balompié.