Luto en el Espanyol
Diego Orejuela (La Luisiana, Sevilla, 1958) fue uno de los grandes representantes del fútbol base del RCD Espanyol, así como uno de los jugadores fundamentales para entender el Espanyol de los 80.
A pesar de nacer en Sevilla, con sólo cuatro años emigra con su familia a San Juan de Vilatorrada. Llega al fútbol base perico a los 14, equipo en el que ya jugaba su hermano mayor, Jesús. Su debut llega la temporada 1982-83 de la mano de José Maria Maguregui, en un partido de Copa del Rey contra el Andorra, disputado el 15 de septiembre de 1982. Diego sustituyó a los 15 minutos de la segunda parte a una leyenda del Club, Fernando Molinos, lesionado de gravedad. Conocido inicialmente como Orejuela II, se estableció rápidamente como un fijo en las alineaciones blanquiazules. Banda derecha muy completo y de gran fondo físico, fue el escudero perfecto para Zúñiga, Lauridsen o Francisco. Con él en el campo llegaron grandes tardes de gloria a Sarrià, como el tercer puesto en la Liga del playoff de la temporada 1986-87, o el subcampeonato de la UEFA de 1988, donde Diego fue el capitán.
Sus 302 partidos oficiales y 22 goles marcados, algunos de ellos tan importantes como el de la semifinal en Sarrià ante el Brujas, hacen de Orejuela un nombre que es pura historia del RCD Espanyol. Tras su retirada como jugador continuó siempre vinculado al fútbol base, y ejerció de embajador del Club en los últimos años, hasta ser llamado para trabajar con su amigo ‘Tintin’ Márquez por la selección de Qatar.
El domingo la afición le podrá transmitir su último adiós a nuestro capitán en un momento tan trascendental para nuestro Club.
Descansa en paz, Diego. Glòria als herois.