La cantera gana peso
El fútbol base femenino del RCD Espanyol ha crecido exponencialmente en los últimos años. De hecho, cada vez son más las jugadoras del filial que tienen presencia en el primer equipo. Dos de las futbolistas que más participación han tenido en el Femenino A han sido Elene Julve y Esther Solà. La primera ha sido una de las grandes sorpresas de la competición y se ha consolidado en el primer equipo a pesar de su juventud. Su buena temporada le ha llevado a ser convocada por la selección española Sub-19 y a prolongar su contrato con el primer equipo. La segunda ha ocupado el lateral izquierdo de la defensa y ha cumplido en una demarcación exigente.
Ambas llegaron al Espanyol procedentes del Sant Gabriel y, como curiosidad, empezaron a jugar a fútbol en la calle. Reconocen que el hecho de debutar a la vez en el primer equipo les facilitó las cosas. “Llegas a un vestuario nuevo y siempre es mejor tener a alguien conocido. Lo cierto es que es fácil adaptarse porque las compañeras son muy agradables, pero los primeros días siempre da más impresión”, reconocen.
Esther recuerda que el día de su debut estaba “muy nerviosa porque no quería ‘cagarla’. Me ven pequeñita y quizá piensan que es fácil superarme, pero voy con todo. El cambio se nota bastante. O te sacas la pelota rápidamente o te la quitan, porque las rivales son más rápidas y físicas”. Julve, por su parte, recuerda que “comencé en el Femenino B y, un poco después, debuté con el primer equipo. Ahora estoy más adaptada a Primera División. Es bonito que el club te dé la oportunidad de ir subiendo de categorías y de tener minutos”.
Esther y Julve son sólo un ejemplo del buen trabajo que se está haciendo en el fútbol base del femenino del RCD Espanyol. Son muchas las futbolistas de la cantera que esperan, algún día, seguir sus pasos.