De la obligación a la liberación
Darder reconoce que “devolver al Espanyol a Primera ha sido una satisfacción” y que ahora toca “disfrutar” y ser “campeones de la categoría”
El descenso de categoría la temporada pasada dejó una evidente frustración en la plantilla blanquiazul. A lo largo de esta campaña, los jugadores han ido manifestado su compromiso con el club y su voluntad de esforzarse al máximo para conseguir el ascenso. Con el objetivo logrado, a falta de cuatro jornadas para el final, Sergi Darder ha podido sincerarse una y otra vez desde el pasado sábado en La Romareda. “Es una liberación. Después de lo que sucedió la temporada pasada teníamos la obligación de hacerlo. Ahora es una liberación y toca disfrutar de lo que queda”, comenta.
Y lo que queda es buscar el título de campeón de la categoría. A falta de cuatro jornadas, la ventaja con los perseguidores sigue siendo evidente. “Es un reto, depende de nosotros y queremos hacerlo. Por nosotros y por respeto a todos los rivales a los que nos hemos enfrentado”.
Asegura que se ha encontrado “muy cómodo este año. Reconozco mis errores, a veces demasiado, y por eso quería que este fuera un año importante en mi carrera. Me mentalicé y he disfrutado jugando”.
Destaca que, en estos años como blanquiazul, “fui muy feliz por regresar al Espanyol. Jugar en Europa también fue un sueño que se cumplió, pero devolver el club a Primera ha sido una satisfacción”.
Explica que el equipo se sintió mentalmente fuerte, incluso cuando las rachas de resultados no fueron tan buenas y que eso le hizo sentirse “bastante tranquilo porque veía que hemos sido mejores que muchos rivales”.
Agradece que Vicente Moreno haya sido capaz de “sacar rendimiento a nuestro trabajo. Su trabajo mental ha sido muy importante y en cuestión de pocos entrenamientos y unas charlas nos cambió la mentalidad”.
Insiste en su voluntad de seguir jugando en el Espanyol y destaca que “soy el mismo del año pasado, pero he tenido confianza del entrenador, ayuda externa y hemos tenido el rendimiento de todos los jugadores, incluso los que han jugado menos. Llevamos un año sin poder estar dentro de un vestuario, con la situación de pandemia, sin aficionados en el campo y, pese a todo, se ha visto que el equipo ha sido una piña. Once tíos no suben a primera división, sube una plantilla entera con su entrenador y su cuerpo técnico. Este año se han hecho cosas diferentes. Todo el mundo ha sumado muchísimo y nos ha llevado al éxito”.