Antes se le llamaba promoción
Ahora se le llama play-off. Mejor dicho: desde la temporada 2010-2011 se le denomina así. En otras ocasiones se le llamó promoción y durante muchísimos años simplemente se apostó por el ascenso directo: bajaban los tres últimos de Primera y subían los tres primeros de Segunda. Pero no siempre fue así. También hubo otras fórmulas. Sobre todo, cuando la Segunda División se dividió entre un grupo del Norte y otro del Sur.
En cualquier caso, para el Espanyol esta será la primera oportunidad en la que para conseguir el ascenso deberá superar dos eliminatorias. Sus compañeros/rivales en este viaje serán Éibar, Sporting y Oviedo.
En sus seis temporadas en Segunda, después de casi 124 años de historia, el Espanyol ascendió directamente en tres oportunidades (1969-1970, 1993-1994 y 2020-2021), en dos tuvo que disputar una promoción de ascenso (1962-1963 y 1989-1990) y ahora, un play-off.
62-63: Un ascenso en el desempate
En su primer año en la división de plata del fútbol español, el RCD Espanyol llegó al tramo final liderando la tabla casi toda la segunda vuelta del campeonato, pero nunca logró distanciar al Pontevedra CF. Los tropiezos a final de campeonato de los blanquiazules contra Real Sociedad y el conjunto gallego (1-2) relegaron al Club a la segunda posición final, que daba opción a la promoción de ascenso, ya que por entonces la Segunda División se dividía entre grupo norte y grupo sur. El rival, el 13º clasificado de Primera División: el RCD Mallorca.
En la ida, disputada en Sarrià, el Espanyol superó al Mallorca en la segunda parte, y con goles de Castaños y Boy logró la victoria 2-1. La mínima ventaja, sin embargo, no valió para escapar vivo de la encerrona del Luis Sitjar: 2-1 también en la vuelta, lo que forzó un partido de desempate.
El 23 de mayo, en el Santiago Bernabéu, habitual sede de los partidos de desempate, los antecedentes no jugaban a favor de un RCD Espanyol, que había perdido hasta cuatro desempates coperos en ese mismo escenario. Pero esta vez no fue así. El cuadro blanquiazul compitió con convicción y consiguió su objetivo tras vencer 1-0. Lo hizo formando con Piris; Riera, Bartolí, Muñoz; Santos, Abel; Boy, Rivas, Idígoras, Antonio Domínguez y Castaños.
El histórico y decisivo gol llegó en el minuto 77, en un cabezazo de Idígoras (en realidad remató con la nariz, como reconoció luego). Piris fue el otro gran protagonista en los minutos finales con extraordinarias intervenciones bajo palos. Heriberto Herrera, el entonces técnico acabó a hombros de sus propios jugadores. Tras una eliminatoria y un desempate, los blanquiazules volvieron a la máxima categoría. Cosas de la historia.
1989-90: Una agónica tanda de penaltis en La Rosaleda
El Espanyol llegó al tramo final de la temporada 1989-90 con muchas dudas. Juanjo Díaz consiguió una buena racha de resultados que llegó a acercar al equipo a sólo dos puntos del ascenso directo, pero no pudo evitar la promoción final. Esta vez el rival fue el CD Málaga. Y para el Espanyol llegaba en unas fechas preocupantes. N’Kono, el titularísimo portero blanquiazul, sería baja por estar seleccionado con Camerún para preparar el Mundial de Italia.
Aún así, la directiva preparó a conciencia el partido de ida que se celebró en Sarrià. Lleno total y ambiente de gala. 1-0 final con gol de Gabino. Quedaba la vuelta en La Rosaleda.
Buenas ocasiones blanquiazules durante la primera mitad, pero jarro de agua fría con el gol de Rivas en el 47. Nueva reacción blanquiazul, pero sin premio. Prórroga. Y penaltis, con la sombre de Leverkusen aún fresca en la memoria. Jaro, el meta malagueño tuvo, en el quinto, la clasificación local. Falló. Empate a tres en los cinco lanzamientos. Y a seguir con la muerte súbita. Tensión insoportable. Angustia. Nervios a flor de piel… Y Meléndez, el eterno suplente de N’Kono detuvo, a pesar de jugar durante muchos minutos con una costilla rota, el octavo lanzamiento local. Más épica. Nadie dijo que sería fácil. Y llegó Albesa para añadir otra página en la historia blanquiazul. Gol. Gol… ¡Goooooooool! La locura absoluta. 16 penaltis para superar un sufrimiento casi eterno, pero, de nuevo, en Primera División. Cosas de la historia que ahora se repite con un nuevo formato, pero con la misma ilusión y convencimiento de que hace falta un último esfuerzo: luchar hasta el último segundo del último partido.