6-4: Pura pretemporada
El Espanyol cae con el Sevilla en un partido loco, abierto y repleto de ocasiones de goles en ambas porterías
El Espanyol comenzó la Liga en el Sánchez Pizjuán con una derrota extraña: un marcador muy abultado, con muchos goles por parte de los dos equipos y con algunos desajustes defensivos desconocidos hasta el momento. Durante muchos minutos pareció más un partido de pretemporada con dos equipos pensando siempre en el área contraria. El intercambio de golpes fue constante y la seriedad defensiva mostrada durante la preparación veraniega no se manifestó ante el Sevilla. No ayudó tampoco la lesión de Óscar Duarte, que tuvo que ser sustituido tras un golpe con Roberto.
Al Espanyol se le acabó la fuerza en la segunda mitad. El calor y el ir arriba y abajo en un partido loco le consumió y le exprimió físicamente y acabó cometiendo errores que no se habían visto en la pretemporada ante un Sevilla, que pese a los nervios y los titubeos iniciales, demostró, como había advertido Quique Sánchez Flores, que tiene mimbres de sobra. El Espanyol acabó naufragando por su decisión de ir arriba en todo momento. Pagó el atrevimiento y le faltó un pelín de suerte en la recta final, cuando las piernas pesaban y el oxígeno escaseaba.
Andaba la gente la gente por Nervión reclamando paciencia por el giro que ha dado el Sevilla. Escocían las tres derrotas consecutivas en las Supercopas (la de Europa y la de España) en este mes de agosto y eso había despertado las incertidumbres, en plena canícula.
En cualquier caso, el Sevilla y el Espanyol que se han visto esta noche en el Sánchez Pizjuán se parecían bien poco a los equipos que se enfrentaron poco antes del final del pasado campeonato. Cambios en los banquillos, nuevos proyectos deportivos y un buen número de variaciones en ambas plantillas. Nueve jugadores ha incorporado hasta ahora el Sevilla, por siete del Espanyol y ambos equipos no dan por cerradas sus plantillas, por ahora.
Los catalanes venían de una buena pretemporada en la que claramente han ido a más cada semana. Buenos partidos, buenos resultados. Solvencia y oficio por encima de todo. Esa era la carta de presentación en este inicio de Liga. En Sevilla, de salida, sólo había tres caras nuevas respecto al bloque de la pasada campaña. Así arrancaba un partido que fue enloqueciendo por momentos.
Lo que hubo, desde el minuto uno, fue velocidad e intención por acercarse cuanto antes a ambas porterías. Roberto despejó un remate de Vietto y poco después el Espanyol robó en el centro del campo, montó un contragolpe de manual y, tras una acción brillante de Baptistao, Piatti batió a Sergio Rico. Primer remate entre los tres palos y primer gol. El Sevilla anteponía acumular jugadores en el campo rival, aún a costa de descuidar su defensa. Pero mostraba velocidad y movilidad y así obligó a Roberto a lucirse tres veces antes del empate de Sarabia cuando sólo se llevaban quince minutos. Ni el calor frenó el intenso ritmo de esa acelerada media hora primera. Vietto puso el 2-1 a los 21 minutos, mientras todo el Sánchez Pizjuán recordaba a Dani Jarque. El Sevilla pareció que por un momento frenaba para coger aire y eso lo aprovechó Hernán Pérez para empatar poco después. Una bocanada más de oxígeno. Cuatro goles en 25 minutos. Y aún faltaban dos más antes del descanso. Y que Óscar Duarte se marchara lesionado. En otra aproximación blanquiazul, los de Quique necesitaron tres remates, Baptistao, Piatti y Víctor Sánchez para volver a adelantarse en el marcador. Quedaba un suspiro para el descanso. Y en los minutos añadidos llegó el empate local. Vietto, en un rebote tras un córner, volvió a poner las tablas. Los blanquiazules rodearon al árbitro y protestaron que dos de ellos habían sido empujados dentro del área. Algo similar sucedió en el 2-1. Pero González González lo zanjó con una amarilla para Álvaro.
La segunda parte no iba a ser diferente. El Sevilla volvió a salir a por todas, sabiendo que cuanto más lejos estuviera la pelota de su área, mejor. Franco Vázquez puso el cuarto y llevó un punto de tranquilidad a la grada cuando más lo necesitaba. El partido, desmontado como un puzle, empezaba a cuadrar del lado hispalense. Y más cuando Ben Yedder hizo el quinto al aprovechar una contra local. La entrada de Javi Fuego y Reyes no frenó la sangría y el japonés Kiyotake amplió la diferencia un poco más. El Espanyol, sin embargo, continuaba mostrando un poder ofensivo brutal. Baptistao estuvo cerca del cuarto tras un buen pase de Javi López. Quien no falló fue Gerard que culminó una gran jugada individual para dar un poco de emoción a los minutos finales aunque sin suerte para el Espanyol.