4-1: Superados tras el descanso
Tras un buen primer tiempo, el Espanyol pierde el derbi en dos fatídicos minutos
El Espanyol perdió en el derbi en un partido que se decidió por detalles. Cuando mejor estaba el equipo blanquiazul, Suárez aprovechó una contra para adelantar a los locales. En el segundo tiempo las cosas fueron a peor. Primero, por la lesión de Diego López y, poco después, con los dos goles de Suárez, nuevamente, y Alba que sentenciaron el derbi. El conjunto espanyolista a pesar de la desventaja siguió luchando y encontró el premio en el gol de David López. Sin embargo, Messi acabó con las escasas esperanzas pericas.
El Espanyol salió valiente, atrevido, osado, de irse hacia adelante, de acercarse sin reparo a Ter Stegen, de firmar la primera ocasión del partido, en un chut con toda la intención de Gerard Moreno que se escapó lateralmente. Salió respondón el equipo de Quique Sánchez Flores, que buscó la meta local y comenzó a tener más posesión y más presencia ofensiva en los primeros minutos de la que tuvo en el Calderón, quince días atrás, algo que incomodaba claramente a los locales.
El Barcelona no encontraba la fórmula y se fijó en tareas defensivas a la espera de ir avanzando metros poco a poco. Pero no fue del todo así. De una contra blanquiazul que murió cerca del área de Ter Stegen nació el gol local. Iniesta vio el camino que se abría a las espaldas de los centrales espanyolistas y colocó un balón a la carrera para Luis Suárez que se plantó con un toque ante Diego López para batirlo por bajo. Era el 1-0, mucho premio para los locales y un palo para los blanquiazules que tenían que comenzar el partido cuesta arriba. Para entonces Mateu Lahoz ya había mostrado dos amarillas a los visitantes por jugadas poco punibles y, minutos después, en cambio, se desentendió de un manotazo en la cara de Sergio Busquets a David López en el borde del área azulgrana, que provocó una nueva contra que desbarató Diego López ante el chut de Messi.
Los blanquiazules mantenían el ritmo y seguían más cerca del área visitante que de la suya, lo cual no dejaba de ser meritorio. Dicho de otro modo: estaban cómodos tuteando al rival y llevando parte de la iniciativa. Salvo el gol, los azulgrana no encontraban el ritmo ni los huecos necesarios para mostrarse claramente superiores a lo largo de la primera mitad, un dato que evidenciaba el buen nivel de los blanquiazules. La igualdad que se proclamaba en los días previos se podía vislumbrar sobre el césped en esos 45 minutos.
La segunda mitad comenzó de la peor manera posible para los blanquiazules. Luis Suárez chocó con Diego López y el meta se tuvo que retirar cojeando ostensiblemente y con un aparatoso vendaje en la rodilla derecha. Una baja más que se añadió a la lista que tenía el Espanyol en esta última semana: Víctor Sánchez, Baptistao y Hernán Pérez.
Los blanquiazules se sentían cómodos con la pelota pero les faltaba el último empujón cerca del área visitante. Y en esas, Messi decidió cambiar el partido. Se marcó un slalom para que Luis Suárez se aprovechara de un rechace de Roberto y poco después otro similar para que marcara Jordi Alba. Dos latigazos que dolieron a los de Quique, que, de repente, tenían totalmente descosido el partido.
En esas, David López decidió sacar una pelota conducida desde su área y seguir al lado de sus compañeros en el contragolpe que acabó de rematar él mismo para poner el 3-1. El Espanyol fue valiente y continuó presionando a su adversario. Sin embargo, en una nueva acción a la contra el FC Barcelona sentenció el partido con un gol de Messi.