3-2: Derrota frustrante
El Espanyol remontó el gol inicial del Eldense, pero los errores defensivos le condenaron en el Nuevo Pepico Amat
62 minutos y 32 segundos. Ese es el tiempo trascurrido desde el pitido inicial hasta el silbido que marcó el descanso. Pura curiosidad, sí, pero todo un compendio de lo que sucedió en esa larguísima primera parte que se saldó con cuatro goles, dos por bando, y que dejó a ambos equipos insatisfechos camino de los vestuarios. En esa hora larga hubo de todo, fue un reflejo de lo que estaba siendo el partido y acabó siendo una premonición de lo que sucedería luego. En esos 62 minutos y 32 segundos hubo expulsiones en los banquillos, una lesión en el primer minuto de Edu Expósito que acabó siendo sustituido instantes después, hubo asistencias médicas en el terreno de juego y en la grada (un susto al que acudieron Cruz Roja y médicos y fisios de los dos equipos), la intervención del VAR para señalar un penalti en el área local sucedido bastante antes, goles a balón parado, un autogol y hasta un silbato en la grada que activó todo el protocolo de avisos por megafonía… Buffff…
En ese partido desordenado, en esa guerra de guerrillas, en ese cuerpo a cuerpo, en ese ‘charco’ los jugadores del Espanyol se llevaron siempre las de perder. Hubo mucho contacto físico, mucho golpe, mucha pelea, mucha lucha por un palmo de terreno y errores en una y otra área. Parecía que el Espanyol se había repuesto al gol inicial, pero se fue al descanso con un gol en el minuto 59 (en el 14 de descuento de la primera parte, para contabilizarlo correctamente). Un mazazo anímico para los blanquiazules y una inyección de felicidad para los locales.
La segunda mitad representaba un nuevo espacio, un comenzar de nuevo las hostilidades. El Espanyol parecía que tenía claro lo que quería. Y hasta Jofre tuvo un buen remate dentro del área en el primer minuto, pero su cabezazo salió desviado. El Eldense entendió que debía volver a llevar el partido a lo físico y en una nueva acción a balón parado se puso, de nuevo, por delante en el marcador. Con el 3-2 tan rápido encontró el partido que quería. A partir de ahí, el conjunto local se sintió cómodo defendiendo las acometidas blanquiazules y forzando, con su presión, los errores blanquiazules cerca de su área. Pero no hubo más sobresaltos destacados. Todo quedó sentenciado mucho antes.