3-1: Derrota en Almería
El Espanyol cae en un duelo que se complicó desde el principio y que se consumó en la segunda mitad
El vértigo, la vorágine, la sensación de que todo se pone en contra desde el inicio se apoderó del Espanyol y acabó por ser determinante en el resultado final del partido. El conjunto catalán se marchó de Almería haciendo un ejercicio de autocrítica para analizar una derrota que comenzó a dar señales de que podía producirse desde el inicio eléctrico de los locales, que se comenzó a gestar en los primeros 20 minutos del partido, que tuvo un punto de suspense con un posible penalti a Edu Expósito y que se consumó en una segunda mitad en la que el Almería acertó con la meta de Álvaro Fernández y los blanquiazules tropezaron una y otra vez (hasta con la cara) de Fernando, el meta local.
Al inicio trepidante local respondió el Espanyol achicando balones, hasta que Luis Suárez acertó con una pelota que le llegó fácil dentro del área para abrir el marcador. El Espanyol dio la impresión de reaccionar, pero el primer aviso serio lo acabó firmando Aleix Vidal justo sobre el descanso, aunque fue desviado por Fernando.
Nada más comenzar la segunda mitad, un claro derribo a Edu Expósito dentro del área fue reclamado con insistencia por el jugador. Tardó el colegiado en tener en consideración esa petición y cuando se activó el VAR y se vio que hubo falta, se rebobinó la jugada hasta encontrar un fuera de juego (por centímetros) en el inicio del ataque blanquiazul. Nadie entendió nada. Y menos que se tardaran cinco minutos en tomar la decisión. Lo mismo que sucedió en un codazo de Akime a la carrera sobre Braithwaite que nadie miró y que sólo una repetición, muchos minutos después, evidenció. Por si acaso, el Almería siguió acercándose a la meta blanquiazul y Baptistao, en el tercer remate consecutivo de la misma jugada, logró superar a Álvaro. El 2-0 parecía la sentencia, pero aún hubo tiempo para que Portillo firmara el tercero y Joselu el del honor blanquiazul ya en el descuento.