3-0: Superados
El Espanyol cae ante un Betis crecido
En una de las noches más desapacibles que se recuerdan en años en Sevilla, blanquiazules y béticos se jugaban tres puntos para consolidar sus aspiraciones a estas alturas del campeonato. Los locales miraban de reojo a los rivales que tienen inmediatamente por encima, mientras que los catalanes querían mantener la racha de resultados que alcanzaban ya las siete jornadas. Sin embargo, los primeros 45 minutos dieron para situaciones inusuales, pura anécdota, más allá del dominio de la posesión verdiblanca. Sin pasar apuros, los blanquiazules vieron como el riego cercano a la portería de Pau se disparó dos veces; hubo tres apagones de segundos, eso sí; un paraguas salió volando desde la grada y el viento lo llevó como una bolsa vacía hasta las manos de Adán. Y un balón blando pero empapado se le escapó a Pau entre las manos y acabó, mansamente, en la portería blanquiazul. Fue en el segundo remate del Betis entre los tres palos.
Con Baptistao y Gerard Moreno controlados, vigilados y perseguidos por los centrales, al Espanyol le costaba llegar con fluidez a la meta local. Sólo Piatti consiguió escabullirse en una acción dentro del área pero fue cercado de inmediato por los defensas béticos y se quedó sin un ángulo claro para el remate.
Tras el descanso, Quique movió el banquillo y adelantó las líneas. El Betis se encontró cómodo en esa nueva faceta y se cerró para desplegarse con velocidad en cuanto recuperaba la pelota. Y en una de esas, llegó el segundo gol local. Boudebouz se fue perfilando buscando su pierna buena y su chut seco se alojó en el fondo de la red, ajustado al palo. El Espanyol reaccionó de inmediato y puso en apuros la meta de Adán con cuatro ataques consecutivos que acabaron en corner, pero el gol no llegaba con el Betis encerrado en su área, apretado, eficiente, aplicado.
Así llegó el tercero. De la presión de sus centrocampistas acabó la pelota a pies de Francis que en lugar de centrar, fusiló a Pau desde cerca.
El Betis estaba cómodo en el terreno de juego, crecido por el resultado. El conjunto de Quique Sánchez Flores trató de no perderle la cara al partido con la entrada de Sergio García y Dídac Vilà, pero poco pudo hacer ya para cambiarle el signo al partido.