3-0: Superados en el segundo tiempo
El Espanyol pierde ante un Getafe que estuvo muy acertado tras el descanso
Los avisos del día antes de Rubi parecieron cumplirse. De principio a final. El técnico había advertido que el Getafe esconde más fútbol que el que está demostrando en este inicio de Liga en el que la igualdad se ha instalado en la máxima categoría. El técnico tenía motivos para la desconfianza. No es que el Getafe fuese un equipo complejo, rocoso, difícil, sino que su juego, por momentos igual de denso, se tornaba velocidad e intencionalidad en ataque en cuanto intentaban recuperar la pelota sobre la salida blanquiazul. Bien trabajado, eso reiteraba el técnico catalán. El marcador final –la tercera derrota consecutiva de la temporada- confirmó todos los augurios de Rubi en la previa.
Las bajas de los últimos días de Sergio García y Marc Roca (ayer mismo) obligaban al técnico a modificar un once que parecía consolidarse. David López volvió a su puesto natural en el centro del campo y dejó su plaza a Óscar Duarte para formar pareja con Mario Hermoso. Era una manera de aportar músculo y criterio para empezar el juego desde la frontal del área grande.
Con esas mimbres, el partido se fue consumiendo sin grandes ocasiones. Diego López y David Soria tuvieron que emplear muchos minutos en seguir ejercitándose para no notar el relente de la noche de Getafe.
En los primeros 45 minutos solo se pueden anotar un par de ocasiones trompicadas de los locales y un par blanquiazules. La primera, un chut desde su propio campo, de Mario Hermoso que salió cerca del larguero y la segunda, un intento de remate entre Darder y Borja, que no cuajó.
La segunda mitad comenzó con los mismos ingredientes. Pero Bordalás, aprovechando una pequeña interrupción por un fallo en la iluminación, decidió que debía poner más velocidad en ataque. Su fórmula le dio resultado porque, de inmediato, Jorge Molina cazó una pelota profunda en el área, se revolvió y batió a Diego López.
Estaba claro que eso es lo que deseaba el Getafe que, desde ese momento, tuvo claro que el partido se tenía de temporizar, ralentizar y bajarle las pulsaciones. Y a eso se dedicó. Un error en la salida de la pelota permitió que Portillo iniciara un contragolpe de tres atacantes locales contra Duarte. Portillo tiró de manual y asistió en el último instante a Mata que solo tuvo que empujar la pelota ante Diego López para logar el segundo. Rubi renovó el ataque con Puado y Leo Baptistao, pero el Espanyol no logró reaccionar y no dio la sensación de poder remontar el partido en ningún momento. Las pocas esperanzas se desvanecieron con el tercer gol local obra de Antunes.