3-0: Castigados de inicio
El Espanyol paga caro su mal comienzo de partido en San Mamés y ve frenada su racha
El Espanyol llegaba a San Mamés sin tiempo para disfrutar de la última victoria ni de recuperarse del triple desplazamiento que ha tenido en 6 días (Bulgaria, Valencia y Bilbao). Pese a todo, tenía claro cómo quería jugar ante un Athletic ansioso, al que los últimos resultados habían inquietado especialmente después de un inicio espectacular. Sin embargo, para serenidad de los locales, muy pronto pusieron el partido a su favor. Mientras aún entraban al estadio los más rezagados, Muniain adelantó a los ‘leones’ al aprovechar un balón muerto junto al área pequeña.
Esa ventaja tan temprana e inocente sosegó a los rojiblancos para afrontar la primera mitad con más serenidad. Y precisamente así lograron el segundo, rozando el cuarto de hora. Muniain, otra vez, engatilló un zapatazo desde fuera del área que se coló junto a la escuadra mientras los centrales blanquiazules reclamaban una falta de Raúl García.
El partido languideció durante unos minutos hasta que Bernardo marcó de cabeza en una falta pero el gol fue anulado por posible fuera de juego, algo casi inapreciable después de unas cuantas repeticiones. Poco después llegó una nueva réplica. Un cabezazo bien orientado de David López permitió que Unai Simón volara hacia su derecha para desviar con la punta del guante un remate que se colaba junto al poste. La cara y la cruz. Los dos primeros chuts locales acabaron en el fondo de la red y los dos blanquiazules no subieron al marcador por milímetros.
El Espanyol salió en la segunda mitad con ganas de mandar desde el principio y fue ganando metros y opciones cada minuto. Su presencia junto al área visitante fue clara, mientras que los ataques locales sólo buscaban la velocidad de Williams y Muniain para generar alguna ventaja.
Cada aproximación visitante era acogida en San Mamés con angustia, mientras que cada intento de ataque local se jaleaba en busca de una continuidad que no llegaba, pero llegó en el 77 con una internada trompicada de Muniain que acabó en un rebote en un defensa blanquiazul que se coló en el fondo de la red. Crueldad absoluta. Demasiado castigo para un partido que frenó la racha del Espanyol.