30 años de comunicación blanquiazul
En 1989, cuando el fútbol se jugaba los domingos a las cinco de la tarde, los vestuarios todavía olían a linimento y una botella de Soberano se escondía detrás del termo del café, un grupo de jóvenes empresarios y profesionales liberales alcanzó la presidencia del club después de unas elecciones. Intuían que ese deporte de masas se dirigía hacia otras metas y comenzaron a estructurar el club en distintas áreas. Y así fue como Manel Fanlo dejó la empresa privada para comenzar a ejercer como jefe de prensa (y más cosas, porque es lo que tocaba) hasta mediados del 94, cuando salió del club para integrarse en TV3. En el fútbol, los clubes ya comenzaban a cobrar por derechos televisivos y un poco más tarde llegaron las sociedades anónimas deportivas y las juntas directivas se cambiaron por consejos de administración. Todo empezaba a ser más estructurado y apuntaba a que seguiría ‘in crescendo’. Y así fue. El RCD Espanyol dejó Sarrià. Llegó Montjuic y cada área de la entidad precisó de un profesional para dirigir los distintos equipos de trabajo. Javier Sáenz (DEP) fue el siguiente en organizar un área de comunicación y relaciones institucionales con parcelas cada vez más definidas. Sáenz pasó a nuevas funciones dentro del club y su lugar lo ocupó, mediados los 2000, Begoña Bogónez, auténtica especialista en la comunicación corporativa y marketing de empresas como la constructora Comsa o el grupo Thyssen. Xavier Andreu, una de las voces más reconocibles de deportes de TV3, fue el encargado de dar una nueva dimensión a un área que comenzaba a descubrir las ventajas de los avances digitales entre 2006 y 2011. En esos años el Espanyol vivió una clara transformación que apuntaba hacia dónde se encaminaban los nuevos tiempos, excitantes y convulsos por momentos. Xavier Salvatella, licenciado en comunicación y derecho, ocupó ese mismo cargo entre 2011 y 2018. Desde esos años y hasta hoy mismo, la información del club está claramente parcelada en dos grandes áreas: la deportiva y la corporativa, que a su vez se descomponen en pequeñas parcelas alrededor del primer equipo, el fútbol base, el fútbol femenino, las escuelas del club, nacionales e internacionales o la que emana del área social, del área de marketing o la simple atención al socio. Desde esos años, además, la revolución digital es imparable y el club asume que debe liderar ese tren que avanza firme y decidido hasta convertir el fútbol en un fenómeno global, sin fronteras físicas ni emocionales en ningún rincón del planeta, por recóndito que fuera. A Agustín Rodríguez le ha tocado, desde hace unos meses, domar esa locomotora, tras su salida de AENA después de casi dos décadas. El trabajo de sus antecesores ha abierto una vía, ha sentado unas bases y confirma, de alguna manera, la decidida apuesta del club en estos últimos años.
La foto de anoche en el RCDE Stadium testimonia esta evolución. Hoy, 30 años después de aquel inicio, el club es una auténtica productora de contenidos audiovisuales compuesta por profesionales en campos como el diseño, la fotografía, el la edición gráfica y digital, el periodismo o las redes sociales.
Después de los titubeantes pasos de los 90 y de las trabas que encontró por el camino, el Espanyol tiene hoy un canal audiovisual propio, está presente en todas las redes sociales y potencia la distribución de exclusivos contenidos blanquiazules para el mercado chino, en el que se observa un extraordinario y sostenido crecimiento, que aún puede ser mucho mayor con los nuevos acuerdos alcanzados. Han sido 30 años de una evolución imparable. 30 años de revolución digital y comunicativa. Pura delicia audiovisual. Y lo que aún queda.