2-2: Empate de picardía
Gerard Moreno firma las tablas en el último suspiro del partido
Los dos equipos tenían como objetivo tomar impulso, conseguir un resultado que les aupara en sus aspiraciones. Los locales, después de tres victorias consecutivas, tropezaron el pasado fin de semana pasado en Vitoria y se mostraban convencidos de que el Espanyol podía ser el rival perfecto para redimirse y acercarse al pelotón de los puestos europeos. Los catalanes, en cambio, querían seguir mostrando síntomas de mejoría y la firme voluntad, expresada por el técnico, de aspirar a una segunda vuelta con mejores registros que en la primera.
Así las cosas, el Celta salió al galope. Iago Aspas y Sisto ponían velocidad en las bandas mientras Maxi Gómez esperaba cualquier cosa que le cayera cerca para rematar a portería. Lo intentó, perseveró y encontró el premio a su trabajo para empatar, a la media hora, un partido que se había teñido de blanquiazul con una primera diana de Baptistao.
Agazapado, con las líneas juntas y la firme voluntad de la resistencia, el Espanyol rebajó las revoluciones locales en apenas 10 minutos. Para entonces se sentía cómodo en el campo y con fuerzas para buscar la espalda de los centrales celtiñas. En tres toques (el primero de Gerard) llegó el gol catalán. El de Santa Perpetua puso la pelota en ventaja para el brasileño y, tras el control, superó a Rubén con un toque sutil, manso.
El partido, sin embargo, tenía tensión, velocidad e intensidad. El Espanyol no se inmutó tras el empate y siguió a lo suyo. Antes del descanso Gerard firmó otras dos oportunidades visitantes en las que le faltó precisión en el remate final.
La segunda mitad siguió con el guión esperado: un Celta reconocible en lo que quería y un Espanyol que no se rendiría. Bien posicionado, esperaba que llegara su momento para lanzarse en ataque. No quería sobresaltos ni sorpresas. Pero el susto llegó en el 64, con un remate de cabeza que sacó Diego López sobre la línea y que Iago y Maxi Gómez siguieron porfiando por intentar colarla dentro de la portería.
Nada pudo hacer el portero gallego tras un centro de Emre Mor que remataba Maxi, omnipresente en todas las jugadas del conjunto de Unzué. El delantero uruguayo se giraba en el corazón del área para poner el 2-1 tras un tiro mordido.
Se le ponía muy cuesta arriba el partido al Espanyol ante un Celta crecido e impulsado por el frenesí del gol. Se masticaba la victoria local, hasta que apareció él. Gerard Moreno. El ‘7’ blanquiazul bajó un balón en el balcón del área, control y sin pensárselo envió un zurriagazo al palo contrario de Rubén. Golazo de cosecha propia para traer un empate a Barcelona.