2-2: Anduva, otra vez
El Espanyol empata ante el Mirandés en un partido intenso y que tuvo suspense hasta el final
‘Esto es Anduva”, aparece en un rótulo en la puerta de acceso al estadio. Ahí está, imperturbable, desde hace años. El Espanyol ha visitado este escenario tres veces en los últimos 30 años (en dos ocasiones en eliminatorias de la Copa del Rey, 1991 y 2012) y en ninguna ha podido ganar. Hoy ha vuelto a tirar de orgullo hasta el final para sacar un punto en un partido que se había puesto totalmente en contra en el minuto 89. El empate final no dejó satisfecho a nadie.
En cualquier caso, el partido tuvo incertidumbre e intensidad desde el primer minuto y hasta el pitido final. Lo que no quería el Espanyol sucedió en los primeros minutos. Javi Muñoz probó con un chut lejano que pegó en la base del poste, luego en el cuerpo de Diego López y acabó en corner. Primer aviso. El segundo llegó con el saque de esquina. Tumulto en el área y Víctor Messeguer acertó a colocar el cuerpo lo suficiente como para adelantar a los locales. 1-0. El escenario perfecto para el Mirandés y un obstáculo a superar por el Espanyol.
La fuerza, tensión, intención y el elevado ritmo del conjunto burgalés ponía el peligro más cerca de la meta de Diego López que en el otro área. El portero tuvo que emplearse a fondo ante Cristo e Iván Martín. El Espanyol le puso paciencia, empezó a sacudirse la presión local y comenzó la reacción. RDT marcó a la media hora de juego, pero el asistente entendió que era fuera de juego. A esperar al VAR. Y esta vez sí, reconoció la posición correcta del delantero y concedió el gol. Empezaba otro partido en el que los blanquiazules se acercaban cada vez con mayor peligro a la meta local. Darder tuvo, dentro del área pequeña, la posibilidad de aumentar el marcador, pero su remate de cabeza salió ligeramente alto.
La segunda parte se inició con el mismo impulso local. Otro sobresalto para Diego López nada más comenzar. Pero esta vez hubo respuesta inmediata: RDT volvió a marcar y el árbitro lo volvió a anular. Otra vez el VAR y, en esta oportunidad, lo dejó sin efecto.
El Espanyol se estiraba. Quería los tres puntos, pero no encontraba la fórmula. El Mirandés, agazapado, buscaba con velocidad la espalda blanquiazul en un claro intercambio de golpes que parecían quedarse sin fuerza en los últimos minutos. Simón, en el 89, volvió a poner a los locales en ventaja, pero el acoso definitivo de los jugadores del Espanyol permitieron el gol de Melamed en el descuento. Empate. Un punto… Y Anduva, otra vez.