2-1: Ocasión perdida
El Espanyol se adelantó en el marcador y tuvo oportunidades para igualar pero no pudo superar a un Granada más certero
Al Espanyol le iba a tocar sudar. De lo lindo. El Granada de esta temporada se ha convertido en un bloque duro, rocoso, incómodo, incesante en su intensidad. No sería fácil. Nada fácil. Los locales tienen tan interiorizada la fórmula de su éxito desde el ascenso que lo exhiben sin rubor. Velocidad, verticalidad, Soldado como faro sobre el que pivota el juego de ataque y oleadas consecutivas para acercarse a la meta rival. Intensidad defensiva, protestas, bronca y lo que se tercie. Así no se les gana. En ese cuerpo a cuerpo es complicado salir triunfador. El Granada lo sabe y lo amplifica, sobre todo cuando las fuerzas están equilibradas para tratar de inclinar la balanza a su favor.
Después de unos minutos de tanteo, sólo un cabezazo desviado de Carlos Fernández aceleró el partido. La cuarta falta a RDT fue dentro del área y el colegiado no tuvo ninguna duda: penalti, pese a las protestas de los jugadores locales. El delantero madrileño puso el 0-1 y mantuvo su eficacia realizadora desde que fichó por el Espanyol.
Poco después Darder tuvo un remate casi bajo palos, pero su chut salió por encima del larguero. Una ocasión magnífica que tuvo su continuidad, un minuto después, con un chut de RDT que sacó Rui Silva a córner. El Espanyol controlaba, pero no podía perder de vista ni un segundo el juego local. Y así fue. Un minuto más tarde, sólo un minuto, Soldado bloqueó el salto de Naldo, consiguió la pelota y asistió a Machis que sólo tuvo que batir a Diego López en su salida. Empate y tensión incrementada hasta el descanso.
En la reanudación, en esos segundos de tanteo antes de ponerle velocidad al partido, Machis peleó por una pelota junto a la línea de fondo, la recuperó y se le dejó a Carlos Fernández para que la pusiera en la escuadra. 2-1 sin haberse cumplido el primer minuto de la segunda mitad.
Fue un mazazo y al Espanyol le costó recuperarse. Pero poco a poco fue acercándose a la meta local. RDT remató al poste en una jugada que puso la angustia en la grada. Y poco después Calleri apenas pudo tocarla para que su remate saliera ligeramente desviado. Y una más: Embarba lo intentó desde fuera del área y el meta local tuvo que volar para atajarla. De nada sirvió el empujón final mientras la grada local disfrutaba de tres puntos que, por momentos, no esperaban. El Espanyol sigue dando la sensación de que continúa en fase de crecimiento, pero no acaba de consolidar los resultados.