2-1: Lección de orgullo
El Espanyol plantó cara en todo momento al poderoso Sevilla y acabó derrotado en el sprint final
Sin tregua. Sin pausa. Sin concesiones. Sin eludir el continuo intercambio de golpes. Con dos equipos que se habían estudiado suficientemente, intentando evidenciar las virtudes propias y explorando los puntos débiles del contrario. Así fue, durante muchos minutos, el partido del Sánchez Pizjuán. Un partido que, sin embargo, los blanquiazules recordarán amargamente por el resultado final, pero que, a la vez, sigue siendo un motivo de orgullo por la pasión y la entrega con la que completaron los 90 minutos en un campo dificilísimo.
El Espanyol demostró que es capaz de ponerse el traje de faena para embarrarse sin temor y el traje de gala, para ofrecer detalles de calidad que le están aupando semana a semana en su autoestima. El Sevilla actual también muestra una gran solidez y da la sensación de que siguen afinando poco a poco sus prestaciones. Así lo hizo Machín el año pasado en el Girona y eso mismo esperan en Nervión.
De los primeros 45 minutos se puede contar el claro intercambio de ocasiones en una y otra portería. También se puede contar el partido se rompió en cuanto los jugadores se dejaron de contemporizad. El Sevilla esperaba agazapado para frenar cualquier contra visitante y para rearmarse en ataque a la primera ocasión que tuviera. El Espanyol no tenía problemas para sacar el balón desde atrás y llegar con comodidad a la meta de Vaclik. Diego López tuvo que emplearse más a fondo, pero cada acercamiento blanquiazul a la meta local era un escalofrío en la grada. Tres ocasiones consecutivas tuvo el Espanyol hasta que Borja adelantó a los suyos con una jugada de tiralíneas de las que tanto gustan en Sevilla. Sin embargo, en el último pellizco de la primera mitad el Sevilla apretó el acelerador ante el buen posicionamiento defensivo blanquiazul que supo sufrir para conservar la ventaja.
Tras el descanso, el Espanyol volvió a las andadas y comenzó dominando claramente el juego. Le faltó, sin embargo, acierto en un remate de Granero y luego en un chut forzado de Borja Iglesias para ampliar al renta. El Sevilla se impacientaba ante la facilidad blanquiazul para eludir su presión, pero apretaba como siempre. El empate llegó en un saque de esquina que Mercado remató solo ante Diego López. Y de inmediato, una cabalgada de Sergio García que acabó derribado dentro del área. La jugada parecía polémica pero el árbitro dejo seguir y el VAR se inhibió. El partido siguió acelerado y así llegó el gol de Ben Yedder en la recta final. Un mazazo duro para los innegables méritos del equipo, que volvió a demostrar un enorme orgullo.