2-1: Eliminatoria abierta
El Espanyol mereció mejor resultado en un partido condicionado desde el principio
El Espanyol se marchó de Cádiz con una derrota que dolió en el vestuario por la forma como se produjo y con la intención de seguir creciendo. Tanto el técnico como los jugadores se marcharon con la frustración del resultado pero con una lectura positiva en cuanto a la actitud que mostraron los jóvenes y el infortunio que se cebó con los blanquiazules.
La última vez que el Espanyol estuvo en Cádiz fue en el Trofeo Carranza del 2010. Justo el día que se cumplía el primer aniversario de la muerte de Dani Jarque, los blanquiazules levantaron el trofeo ante el At. Madrid. De aquel día quedan recuerdos imborrables para aquella plantilla. Los mismos que de los cuartos de final de la Copa del Rey del 2006, cuando los blanquiazules eliminaron a los ‘cadistas’ en aquella ronda y acabarían levantando aquella Copa en la final.
Con esos antecedentes se presentaban los de Rubi en una nueva ronda, pero todo se torció muy pronto. A los 35 segundos. Fue Lekic quien aprovechó un error defensivo para superar a Roberto a tres metros de la línea de gol.
Los blanquiazules, pese al mazazo, comenzaron a hacerse con las riendas del juego y pronto incordiaron la meta de David Gil. Poco a poco fueron llegando las oportunidades visitantes. El meta local tuvo que emplearse a fondo, de forma felina, ante un remate de Baptistao cuando ya se cantaba el empate. Poco después un remate de Piatti se escapó ‘mordido’ junto al poste, pero fue el aviso de que el empate no tardaría. Puado, con maestría, dribló a su marcador dentro del área y superó por alto la salida de David Gil.
Sin embargo, cuando mejor estaba el Espanyol llegó otro mazazo inesperado, Un cabezazo de Karim, que se coló junto a la escuadra de Roberto, volvía a poner en ventaja a los locales y, con muy poco, se marcharon al descanso con el 2-1.
El Espanyol arrancó en la segunda mitad con más brío. Comenzó a cercar la meta local con insistencia y Víctor Sánchez remató tan ajustado al poste que la pelota recorrió el lateral de la red y dio el efecto óptico de que había entrado.
El Cádiz decidió, entonces, que no iba a arriesgar más de lo debido. Bien posicionado atrás, esperó encontrar huecos en ataque para buscar el contragolpe. Y así lo fue testimoniando conforme pasaban los minutos, sin ningún tipo de duda. En el lado blanquiazul se fueron sumando efectivos en ataque, dando un paso adelante, y poco a poco se acercaron con mayor asiduidad en el área local, como en un remate de Pedrosa que se escapó lamiendo el poste.
Lo mismo sucedió poco después con otro remate de Puado que se escapó alto. En cualquier caso, los blanquiazules se marcharon con la amargura del resultado, pero con la certeza de que se vaciaron en busca de un mejor resultado.