2-0: Los errores condenan
Dos acciones puntuales en cada tiempo acaban con las opciones del Espanyol
Mallorca sigue siendo un territorio gafe para el RCD Espanyol de Barcelona. El conjunto blanquiazul nunca se ha sentido cómodo en la isla donde ha vivido episodios difíciles a lo largo de su historia. Este domingo volvió a sucumbir en Son Moix en un partido que se decidió por dos errores defensivos que tuvieron un peso demasiado grande para los visitantes.
Llegó el Espanyol a Mallorca todavía tocado por el agotador esfuerzo ante el CSKA en la UEFA y el largo viaje desde Moscú. Llegó con la intención de vencer y demostrar que el brillante partido ante el líder ruso no podía ser un espejismo y de que ese triunfo debía actuar como un impulso para seguir sumando en la Liga. Mallorca y Espanyol o Espanyol y Mallorca, ambos con el mismo ineludible objetivo, ambos con idénticas urgencias. Quien ganara se revitalizaría. Y el Espanyol salió a mandar desde el principio, a controlar y madurar el partido, para evitar que fuese un correcalles en el excesivo calor de la matinal otoñal de Palma. El Mallorca, por su parte, no quería riesgos. Si había que defender con nueve, se defendía. Y si había que salir a la contra con todo el equipo, pues se intentaba. El Espanyol, sin pasar ningún peligro en defensa, sí que intentó acercarse a la meta de Reina. Corchia y Wu Lei enviaron sus chuts por encima del larguero en los primeros 20 minutos.
Sin agobios en ninguna de las áreas, los minutos fueron pasando hasta que Sastre encontró una pelota con ventaja por el lateral del área, su centro lo remató con la barriga Budimir al fondo de la red. Pareció que hubo un empujón previo del croata a Lluís, pero el VAR lo miró de soslayo y el tanto subió al marcador.
Al Espanyol le tocaba volver a sacar renovadas fuerzas tras el descanso si no quería que se le escapase un partido que tenía controlado. Salió con más decisión y en la misma jugada, los remates consecutivos de Wu Lei, Campuzano y Vargas, dentro del área, se estrellaron en un bosque de piernas bermellonas.
La tuvo Campuzano minutos después y su remate, otra vez, se estrelló contra el cuerpo de un defensor del Mallorca. Naldo también tuvo su oportunidad y Xisco Campos puso el cuerpo para desviar su disparo. El Mallorca se defendía con uñas, dientes y agrupando efectivos alrededor del portero. Pero cuando mejor estaban los blanquiazules llegó el segundo mazazo tras un fallido despeje al borde del área. Salva Sevilla la enganchó perfecta e hizo inútil la estirada de Diego López. Sin frescura mental ni física, el Espanyol fue incapaz de volver a meterse en el partido.