1-4: Orgullo Perico
Un doblete de Melamed y Puado dan el cuarto triunfo seguido al Espanyol
En el Ciutat de València se enfrentaban dos equipos que, en condiciones normales, deberían estar en Primera División. A los locales se les escapó el ascenso en el último suspiro de la prolongación con un penalti ‘made in VAR’, mientras que la historia del Espanyol ya es conocida de sobra. Pero de poco sirve mirar al pasado o lamentarse y, como bien se ha asimilado desde hace meses por todo el espanyolismo, no toca otra que remar.
Empezó muy bien el Espanyol con una oportunidad de gol clarísima para Puado. El capitán falló en boca de gol -luego tuvo la oportunidad de desquitarse-. Nico Melamed se puso el frac y jugó a un nivel excelso. El 21 hizo lo que quiso. Marcó con la derecha tras recoger un balón suelto en el área, pero pudo llegar al descanso con un hat-trick fácilmente. Femenías le sacó un balón que olía a gol tras una jugada individual impresionante y el portero repetiría poco después en otra intervención milagrosa con la parte baja de la espalda. Salvo unos minutos de imprecisiones continuadas, el Espanyol fue muy superior al Levante. El equipo interpretó bien el juego y encontró espacios ante un rival que se vio superado. Pere Milla, con un disparo lejano, también tuvo su oportunidad igual que Edu Expósito, bien atajado por el guardamente local.
Sin embargo, cuando más controlado estaba el partido, el Levante consiguió empatar en una jugada aislada. Andrés García superó a Ramon y Bouldini marcó con el pecho adelantándose a su par. El equipo no acusó el golpe y volvió a apretar a su rival en busca del segundo que llegó con un remate acrobático de Puado tras prolongación de Jofre. La cantera y Cabrera, en el origen de los dos goles, fueron claves para acabar el primer tiempo con ventaja.
Pese a la ventaja en el marcador el Espanyol no quiso correr riesgos y continuó focalizado en tener la pelota y crear oportunidades de peligro. Salvi, que entró en lugar de Jofre, tuvo la primera tras el descanso después de un buen centro de Ramon. Nico Melamed, que había estado a un nivel sublime en el primer tiempo, sentenció prácticamente el partido al anotar un nuevo tanto de bella factura. El Espanyol estaba disfrutando sobre el campo como no lo había hecho en toda la temporada. Calero, súper enchufado, jaleaba a la grada tras evitar el segundo gol local con un tackle excelente. Los jugadores mostraban mucha confianza en todas sus acciones y una determinación muy evidente. Puado, que estuvo omnipresente en su posición de nueve, vio como Vezo le sacaba el cuarto gol. El defensa paso de héroe a villano y acabó expulsado por una clara falta a Nico. Al ‘21’ perico sólo pudieron pararle con faltas e incluso hubo algún posible penalti ignorado por el árbitro. Puado recibió el premio a su gran partido con el cuarto y definitivo gol.