1-3: Con buen sabor de boca
El Espanyol cierra la pretemporada ofreciendo una gran sensación ante el tenaz Borussia Mönchengladbach
El Espanyol cerraba la pretemporada ante el equipo más potente del verano. No era una ilusión ni un espejismo. El Borussia Mönchengladbach es uno de los históricos de la Bundesliga y aunque vivió su etapa dorada en los 70, sigue siendo uno de los más reconocidos y apoyados en su país. Noveno la temporada pasada, en sus filas puede presumir de hasta tres mundialistas: el hermano pequeño de Hazard y los suizos Sommer y Zakaria. Su técnico, además, es todo un carácter y así lo ha contagiado a sus jugadores.
Cómodos a la contra y buscando de forma continuada las espaldas de la defensa contraria, los jugadores del Gladbach ofrecieron durante muchos minutos lo que son: un equipo que se encuentra cómodo en el vértigo ofensivo. Busca la vorágine y aplica la intensidad sin rubor. Lo mismo agarran del cuello a Baptistao para frenar su intento de contragolpe que cierran con falta cualquier pretendido control del juego. Sin tapujos. Y sin disimulos. Esa es su fuerza.
A los catalanes les costó encontrar acomodo. No conseguían la fluidez de juego de otras tardes, pero tampoco pasaban apuros defensivos. Duarte y Mario Hermoso cerraban el centro de la defensa y Marc Roca se convertía en el primer pasador en ataque. Borja Iglesias, jugando de espaldas a la portería y Baptistao y Piatti, por las bandas, se encargaban de calibrar la inamovible defensa local. Las ocasiones tardaban en llegar, pero, a partir del último tercio de la primera mitad, se fueron repitiendo sobre la meta de Sommer. Baptistao, por ejemplo, estrelló la pelota en el cuerpo del meta suizo en un pase en profundidad de Borja Iglesias. Poco después, el meta del Gladbach se lució enviando a córner un chut de Piatti y hasta Darder tuvo una pelota cómoda en la frontal del área, pero su remate se fue demasiado alto.
El partido llegaba al descanso cuando Javi López presionó el intento de salida de Herrmann. El alemán cedió hacia su portería pero Sommer dudó y tropezó a la vez. La pelota pasó mansa a su lado y Piatti, que seguía la jugada, remató a puerta vacía.
El primer remate con intención de los locales no llegó hasta el 55. Herrmann lo intentó desde fuera del área después de una insistente jugada de ataque y lo repitió más tarde con una galopada desde el centro del campo que resolvió Diego López enviando a córner.
Sin embargo, de una falta a Baptistao lejos del área grande nació el segundo gol blanquiazul. Piatti sirvió para Baptistao y el pase de éste dentro del área lo remató Borja Iglesias al fondo de la red.
El Espanyol controlaba el juego, mandaba en el ritmo y el Borussia no encontraba los huecos necesarios. Un mal despeje en el borde del área propició que la pelota acabara a pies de Drmic quien fusiló a Diego López mediada la segunda mitad. Con el 1-2, el Borussia no iba a cejar en su empeño de arrinconar al Espanyol, pero a los blanquiazules les tocaba tirar de oficio y seguir moviendo la pelota porque cada vez que lo hacían descolocaban a un equipo que cogió oxígeno con los cambios de la segunda mitad. Una doble ocasión de Puado y Hernán fue la antesala de un remate a bocajarro de Marc Roca después de un córner. El 1-3 ponía otra vez distancia y eficacia al juego del Espanyol. El conjunto de Rubi cerraba la pretemporada dejando un gran sabor de boca.