1-2: Una victoria de carácter
El Espanyol supera al Mallorca en un partido muy serio, competido y en el que tuvo que pelear hasta el final
Históricamente los partidos entre Mallorca y Espanyol han tenido tensión, intensidad y un punto de impaciencia entre los dos equipos. Con los años se han generado rivalidades y nerviosismos mal disimulados. Y esta vez no iba a ser menos. En Mallorca esperaban al Espanyol con muchas ganas. Muchas. Incluso desde el punto de vista de las matemáticas: la posibilidad de dejar a tu rival más directo a ocho puntos de distancia en el inicio de la segunda vuelta era un ingrediente demasiado goloso como para no saborearlo con antelación. En cualquier caso, lo que se vio en el campo fueron los ingredientes que se esperaban de ambos equipos. Los locales crecen a partir del dominio en el centro del campo y llegan al área rival con muchos rematadores. El Espanyol, por el contrario, sabiendo eso, tenía que frenar esos impulsos y tratar de que apareciera su calidad en los metros finales.
A partir de estas premisas, ambos equipos llegaron al descanso con dos claras oportunidades en cada lado. Las dos de Amath las desbarató Diego López. La de Darder se fue alta y la de Puado, de cabeza, después de una falta lateral, acabó dentro de la portería de Reina. Ese 0-1 permitió a los blanquiazules manejar con serenidad los últimos minutos de la primera mitad, en el último ‘arreón’ local.
El Espanyol salió mejor en la segunda mitad y MIguelón obligó a lucirse a Reina casi en el primer minuto. Todo parecía bajo control cuando Antonio Sánchez dejó la pelota muerta a pies de Amath, junto al punto de penalti, y a la tercera llegó el acierto.
El empate a uno abría las puertas a un nuevo partido que podría decantarse de cualquier lado. Había que mantener la cabeza fría pero las pulsaciones altas porque nada estaba resuelto.
A los ataques locales le seguía la réplica blanquiazul y en una de esas, RDT hizo de Embarba por la banda y asistió a Dimata. Su remate fue inapelable hasta el fondo de la red. 1-2. Y nuevas expectativas.
Ese gol descompuso al Mallorca. Dimata tuvo una nueva oportunidad (y fue objeto de un posible penalti, casi al final), pero no acabó de acertar. Aún faltaba una más para Puado que tropezó en la pierna de Oliván casi sobre la línea de gol.
Al final el Espanyol se llevó los tres puntos de Mallorca en un partido muy trabajado, muy táctico, con alternativas en el juego y que sirve para recortar la ventaja que llevaban los ‘bermellones’.