1-2: Remontada exprés
El Espanyol sumó la primera victoria de la temporada gracias a los goles de Ferreyra y Granero
Éibar y Espanyol se jugaban, en la cuarta jornada, conseguir la primera victoria de la temporada. Los locales estrenaban las nuevas instalaciones del histórico Ipurúa, nuevo himno y el entusiasmo de volver a casa después de casi cuatro meses. Las tres primeras jornadas las han jugado fuera y en el ambiente se notaba ganas de fiesta y de recuperar el fortín local.
Fieles a su estilo, el Eibar es como la prueba del algodón, los locales siguen sin engañar y apuestan por el fútbol vibrante, veloz y físico para llegar cuanto antes a la meta visitante. Por eso, cada aproximación se jaleaba como la antesala de un gol. Lo cierto es que los primeros 45 minutos se caracterizaron por un juego trabado, con alternativas y un continuo ir y venir de la pelota de un lado a otro. Sin goles, lo destacable fue comprobar la intensidad local y la réplica igual de contundente de los blanquiazules.
La segunda mitad comenzó con una buena aproximación de Darder que culminó con un chut desviado. El Espanyol se concienció que debía poner una marcha más en ataque para incomodar e inquietar a los ‘armeros’ que sufrían cuando el juego fluía y que, por el contrario, disfrutaban con el intenso cuerpo a cuerpo que reclama su técnico. Fruto de esa guerra de guerrillas nació el primer gol local. Una falta lateral lanzada por Orellana acabó en la cabeza de Ramis, cuyo remate poco ortodoxo acabó en el fondo de la red.
A partir de ahí, más de lo mismo: el Eibar se iba a defender con uñas y dientes y para eso se preparó Mendilíbar, que reforzó la defensa en busca de enfriar el partido. Sin embargo, Vargas, que entró poco antes, puso en balón a la espalda de la defensa local y Ferreyra aprovechó su innato olfato goleador para batir a Dmitrovic, aunque no pudo celebrarlo porque desde el suelo pidió el cambio. El empate ponía nueva incertidumbre en el marcador en el tramo final, pero sin tiempo para paladearlo, Pedrosa buscó la línea de fondo y asistió para Granero, que no tuvo más que empujarla al fondo de la red pese a la oposición de los centrales.
Los minutos finales fueron de un sufrimiento máximo. Naldo vio la segunda amarilla en una jugada dudosa y el Espanyol tuvo que exprimirse al máximo para aguantar el empujón final del Eibar. Victoria sufrida y tres puntos para empezar una semana muy intensa.