1-1: Un punto de rabia
Un penalti injusto acaba con la ventaja que había obtenido Diop de cabeza en los primeros minutos
Pocas veces en esta temporada Pau López habrá tenido tantos minutos de calma. El meta catalán fue prácticamente un espectador durante la primera mitad, incluso en el penalti que supuso el empate local estaba en el mejor ángulo de visión posible. El Espanyol controlaba perfectamente un partido que tenía en ventaja desde el minuto 11 y que pudo incrementar un poco después con un chut de Rubén Duarte que salió desviado, pero se le notaba cómodo sobre el terreno de juego. En cualquier caso, con Óscar Duarte incrustado justo por delante de los dos centrales, a los blanquiazules se les veía con ganas de sumar los tres puntos en un partido al que llegaban concentrados y con la intención de volver de Málaga con una nueva victoria.
Los locales salieron con toda la artillería posible. Javi Gracia puso en el campo al Chory Castro, Charles, Duje Cop y Juanpi con libertad para llegar desde atrás. Galca optó por proteger el centro del campo y que hubiera ayudas continuadas para intentar salir a la contra. Le fue bien. En los primeros minutos, Asensio y Gerard evidenciaron su velocidad para acercarse a la meta de Ochoa y, en un córner, en una de esas aproximaciones, Diop marcó de cabeza. Su segundo tanto con el Espanyol, en un saque de esquina y de cabeza, como hace quince días ante el Athletic.
Con la ventaja, los blanquiazules se sintieron cómodos en el campo. El Málaga intentaba llegar hasta la cocina, pero siempre había jugadores del Espanyol frenando sus avances. Sin embargo, en el último minuto de la primera mitad, el colegiado sancionó como penalti una caída de Juanpi dentro del área. Ni de cerca, ni de lejos, ni congelando la imagen de la tele, ni usando la mítica ‘moviola’ se puede determinar que hubiera falta. Pareció todo lo contrario y las protestas blanquiazules se centraron en Martínez Munuera, que hasta entonces había estado bastante contemplativo. El empate, justo antes del descanso, permitía que el partido volviera a abrirse en la segunda mitad.
El Málaga salió acelerado, como era de esperar, pero los blanquiazules seguían estando cómodos en el campo, solidarios entre sus líneas y acortando los espacios, de manera que las tablas se restablecieron de inmediato. Los minutos iban pasando y el partido parecía un calco de la primera mitad pero con todos mucho más cansados.
Rondando la media hora, Víctor Sánchez reclamó una patada en la cara cuando intentaba rematar dentro del área pequeña. Pareció bastante escandalosa y, de hecho, tuvo al centrocampista catalán durante unos instantes pendiente de recuperarse.
Hernán tuvo una ocasión un poco más tarde, pero su chut se marchó ligeramente alto, en esos momentos en los que la balanza se podía decantar de uno u otro lado. Quedaba casi nada, pero precisamente en ese momento Pau sacó el cuerpo ante un remate a bocajarro de Charles. Y más polémica: Óscar Duarte cayó en el area en un choque con Weligton. El penalti pareció muchísimo más claro que la caída de Juanpi en la primera mitad.