1-1: Punto de esfuerzo
El Espanyol suma un nuevo empate a domicilio gracias a un gol de Leo Baptistao
El Espanyol y la Real Sociedad se repartieron los puntos en un partido que tuvo dos partes muy diferenciadas. En la primera, los blanquiazules fueron mucho mejores. Se adelantaron en el marcador y anularon a un rival que apenas dejó muestras de su calidad. En la segunda, en cambio, los donostiarras dominaron totalmente el partido y exigieron continuamente a Pau que nada pudo hacer para evitar el gol del empate de Illarra.
Todos quieren más. Eusebio, la afición y la plantilla de la Real. Quique, la afición y la plantilla del Espanyol. Todos. Los locales, seguir creciendo y consolidarse en la zona noble de la tabla. Los visitantes, dar otro paso más que acabe con la irregularidad de los últimos años y les convierta en alternativa a los que miran la clasificación de arriba-abajo y no de abajo-arriba.
Así las cosas, los primeros minutos se consumieron con prudencia. Había que ir colocándose en lo que parecía un auténtico partido táctico. Pero en medio de esa cordura, Jurado templó un centro medido que acabó en la cabeza de Baptistao y, de allí, al fondo de la red. Primera aproximación seria y gol. El Espanyol se ponía con ventaja y le tocaba gestionar la eternidad que quedaba de partido.
La Real acusó la sorpresa, acostumbrado como venía en las últimas semanas a golear y no sufrir sobresaltos en defensa. Superado ese mal trago, los locales quisieron hacerse con el mando del partido, pero el Espanyol, muy compacto y con las ideas claras en ataque, se mostraba ofensivo a la mínima oportunidad. Hubo algún acercamiento peligroso a la meta de Pau, como un cabezazo de Carlos Vela que despejó, también de cabeza, Aarón con el meta detrás por lo que pudiera pasar. O como un chut lejano de Oyarzábal con toda la intención, que el de La Garrotxa desvió a córner. Antes, Baptistao también puso a prueba a Rulli con un lejano lanzamiento, desde la zona de tres cuartos de ataque, después de ver al meta de la Real muy alejado de su portería.
Como se esperaba, los donostiarras salieron con una marcha más. Eusebio quería que el partido tuviera ritmo y presión sobre todos los jugadores blanquiazules y así comenzaron a acercarse de forma más continuada a la meta de Pau, que tuvo que despejar, espectacularmente, un remate muy ajustado de Oyarzabal. El partido se tensionó y con los nervios aparecieron algunas tarjetas. Los locales, alentados por la grada, intentaron poner aún un poco más de velocidad y lo consiguieron después de una acción de calidad de Januzaj que sirvió en bandeja para Illarra sólo tuviera que empujarla al fondo de la red.
La Real, mejor en el segundo tiempo, consiguió su objetivo, mientras el Espanyol trataba de sacudirse el dominio local. Los cambios de Quique funcionaron y el equipo ganó en consistencia ante un rival que fue perdiendo claridad en los compases finales por el buen planteamiento defensivo de los pericos. El esfuerzo final de los blanquiazules les permitió sumar un punto ante un buen adversario.