1-1: Máxima igualdad
Willian José frena la primera victoria perica tras un golazo de Piatti
Quique Sánchez Flores no quería esperar más jornadas a sumar la primera victoria. Después del amargo empate ante el Málaga en la que el equipo dilapidó una clara ventaja en el marcador, el técnico había animado al equipo a incrementar el casillero de puntos aprovechando la visita a Anoeta, un estadio históricamente complicado para el Espanyol, pero algo más amable en las últimas once visitas, en las que había sumado cuatro victorias y tres empates. Con ausencias importantes en el once (el virus FIFA de selecciones y el partido adelantado al viernes, dejó en el campo a uno de los internacionales, otro en el banquillo y dos más en Barcelona), el Espanyol se presentaba en Donostia con la intención de seguir creciendo como equipo y lo que se vio durante la primera mitad fue a dos conjuntos que tratan de afinar sus mecanismos y que intentan ofrecer las hechuras de buenos bloques, que es lo que, en principio, parece que han de evidenciar a lo largo del año.
Caras nuevas en ambos equipos. Idea de elegancia en el juego en ambos técnicos. Y ejercicio absoluto de control. Muchos minutos de tanteo, como en el boxeo, dos ejemplos claros de equipos que se respetan y que han debido de mirar de reojo lo que sucedió la pasada temporada en la que los visitantes fueron claros dominadores en cada uno de los enfrentamientos entre ambos en Anoeta y Cornellà-El Prat. Pausa y control.
De hecho, las mejores jugadas (aisladas) llegaron en los últimos minutos de la primera mitad. Baptistao intentó un remate lejano viendo adelantado a Rulli y Zaldúa buscó un chut vistoso dentro del área que se fue muy desviado. Muy poco antes del descanso, una indefinición entre los centrales vascos y su portero, acabó con un rechace del meta que se estrelló en el cuerpo de Piatti, que perseguía la jugada. Sin mayor emoción.
Para la Real era un examen de confirmación después de haber perdido claramente en la inauguración del campeonato ante el R. Madrid, pero pudo recomponer su imagen y cierta calma con una victoria en Pamplona. Se recordaba por Anoeta precisamente eso, que el equipo ha evolucionado como visitante pero no acaba de carburar como local.
Posiblemente eso animó a los locales en la segunda mitad, en la que entraron más veloces y provocó que Illarra lanzara muy ajustado al poste de Diego López y poco después Juanmi marcó (y fue anulado) por un claro fuera de juego.
El partido entró en una fase de titubeos que aprovechó el Espanyol para adelantarse en el marcador. Los de Quique pelearon por una pelota sobre la medialuna local y Piatti aprovechó para llevársela, buscar un hueco y colocarla lejos del alcance de Rulli, que a partir de ese momento se vio nuevamente asediado con una pelota que detuvo junto larguero con todo el cuerpo dentro y una nueva internada de Piatti que le obligó a emplearse a fondo.
La Real tiró de orgullo para acercarse a la meta de Diego Reyes. Fue sumando efectivos en ataque y haciendo que las cercanías del área catalana se poblara de jugadores. En uno de esas aproximaciones, William José superó en el salto a David López y logró el empate. Pero los blanquiazules reaccionaron y en la siguiente jugada Óscar Duarte remató forzado una buena oportunidad tras un saque de esquina.
Al filo del tiempo añadido, Javi Fuego recibió la segunda amarilla tras una zancadilla al omnipresente Zaldúa. El Espanyol tuvo que jugar los últimos momentos con un futbolista menos sobre el terreno de juego. Pitido final y máxima igualdad para señalar tablas finales en el marcador.