1-1: Empate entretenido
Wu Lei abre el marcador pero el Celta consigue el empate en el tramo final del partido
Los blanquiazules cosecharon el segundo empate consecutivo después del obtenido frente al Levante la pasada jornada. En un partido de idas y venidas y alegre para el espectador, Wu Lei abrió la lata a la media hora y los de Rubi gozaron de ocasiones para llevarse los tres puntos, pero los gallegos consiguieron volver a poner las tablas al marcador a veinte minutos para el final.
El Espanyol se vio sorprendido por el ímpetu inicial del Celta, que en los primeros cuatro minutos tuvo dos oportunidades muy claras salvadas por Diego López. Respondió el conjunto de Rubi con dos acciones prácticamente consecutivas y clarísimas de Borja Iglesias y Wu Lei. Lo cierto es que cualquiera podría haber marcado en un inicio absolutamente loco de partido. El partido se mantuvo a un ritmo muy alto porque ambos buscaron la portería contraria contantemente. Naldo y Hermoso tuvieron trabajo para controlar a Aspas y Maxi Gómez aunque los dos centrales cumplieron sobradamente, mientras que la zaga visitante sufría para controlar los movimientos de Borja, Wu Ley y Melendo. En semejante contexto era imposible que no llegara un gol. Y, efectivamente, así fue. Marc Roca y Melendo combinaron en pocos metros y el ‘21’ levantó la cabeza y el cuero para Wu Lei, que definió con un remate acrobático como si fuera un especialista en artes marciales. Segundo tanto del asiático que antes del descanso fue protagonista de un posible penalti, que a ojos del VAR, no fue tal. Antes del descanso también hubo tiempo para un susto en el área blanquiazul que pudo haber significado el empate visitante.
Déjà vu. Así podría definirse el inicio del segundo tiempo. El Celta arrancó con dos muy claras: chut al palo de Aspas y paradón de Diego López para evitar el empate de Maxi Gómez. La respuesta local fue inmediata: primero, un gran chut de Marc Roca que acabó en córner y, en la siguiente acción, cabezazo de Hermoso al larguero. Empate a oportunidades saldado sin goles. Ambos contendientes siguieron apostando por un fútbol alegre y vistoso con mucho presencia de los jugadores ofensivos, sin desmerecer el trabajo defensivo de los diferentes protagonistas. Todo parecía controlado, pero las malas noticias comenzaron a sucederse. Naldo, el bastión defensivo del equipo, tuvo que ser sustituido porque su rodilla dijo basta. Poco después, el Celta empató en una contra de manual de Aspas culminada por Maxi. El gol fue un halo de esperanza para los vigueses que comenzaron a creer en la victoria. Jozabed estuvo muy cerca de culminar la remontada. Las sensaciones no eran demasiado buenas y todo hacía indicar que los minutos finales iban a ser complicados. Aun así, los de Rubi no sufrieron en demasía con los balones cerca del área de Diego López y, fieles a la tónica general del partido, tampoco renunciaron al ataque para buscar el gol de la victoria en los últimos minutos del partido a pesar que estas intenciones no se pudieron traducir en ocasiones reales.