1-1: Empate cruel
Santi Mina iguala el marcador en el último suspiro, tras el gol inicial de Pedrosa
Celta y Espanyol afrontaban el partido de esta noche en Balaídos contrariados por su inicio liguero y apremiados para mantenerse relativamente enganchados a la enorme igualdad que ofrece la zona media de la clasificación. El Celta, un equipo diseñado este año con el único objetivo de entrar en Europa la próxima temporada, ha comenzado con demasiados titubeos, aunque parece que cada día el equipo está más engrasado. Los celestes han construido un bloque muy poderoso ofensivamente con los fichajes de este verano y toda su afición está convencida de que las victorias continuadas no tardarán en llegar. Iago Aspas ya no está tan solo y este año se han sumado futbolistas de la talla de Santi Mina, Rafinha o Denis Suárez, todos ellos titulares de inicio esta noche.
A los blanquiazules, por su parte, se les nota apresurados por encontrar un ‘tempo’ de juego que no han podido consolidar este verano por los compromisos de la previa de la UEFA. Ahora, mientras recupera efectivos, también trata de aumentar su autoestima con esfuerzo y solidaridad entre líneas. Así fue como anuló la pólvora celeste en la primera mitad, en la que Diego López superó un claro mano a mano contra Hugo Mallo y Rafinha y Santi Mina enviaron fuera dos remates inmejorables. En el lado visitante, un remate lejano de Marc Roca y un par de intentos de Calleri sirvieron para que los locales no perdieran de vista a la delantera blanquiazul
El Espanyol se adelantó nada más comenzar la segunda mitad. Calleri peleó y peleó y peleó con Aidoo una pelota dentro del área y, cuando ya no tenía espacio, cedió para que Pedrosa la empujara hasta el fondo de la red. Un ejemplo de solidaridad y generosidad del delantero argentino que obtuvo el premio a su constancia. Los blanquiazules comenzaron a mover la pelota y a firmar unos minutos brillantes en los que Pedrosa tuvo el segundo antes de que el Celta pusiera una marcha más.
El conjunto perico juntó mucho las líneas y acumuló futbolistas por dentro, tapando el juego interior del Celta. Cuando el partido ya agonizaba, en una contra conducida por Darder, Pipa estuvo a punto de hacer el segundo pero Rubén Blanco lo evitó con su intervención. Ya en la última jugada del encuentro, tras un centro al área, Santi Mina, de cabeza, igualó el marcador.