1-1: Amargo empate
RDT adelanta al Espanyol y Gassama empata de penalti rozando el final
El partido de hoy, en el Fernando Torres, ha servido para que todos los equipos de la categoría sepan lo que se van a encontrar cuando se enfrenten al Fuenlabrada. Todo el mundo estaba avisado de la intensidad de los locales acompañada de un físico portentoso y de un ritmo altísimo. Y quien tuviera dudas ya han quedado disipadas con los 90 minutos de hoy. Con esa receta lleva desde hace tiempo. Es más, desde marzo, justo antes de que el fútbol se quedara sin público por la pandemia, se mantiene sin una derrota en su estadio. El año pasado cayeron aquí los tres equipos que ascendieron: Huesca, Cádiz y Elche y esta temporada siguen haciendo de este estadio un fortín (con o sin público).
Vicente Moreno lo avisó en la víspera y se encontró el partido que casi predijo. Antes de los 30 segundos, Cabrera tuvo que sacar sobre la línea de meta, un remate de Feuillassier que iba para dentro con Diego López ya batido. Susto nada más empezar. E inyección de convicción para los locales que entendieron que, ante el líder, el único camino posible era incomodarle hasta aburrirle.
Al Espanyol le costó sacudirse la presión y superar las pobladas líneas locales. Gassama remató al larguero sobre la mitad de la primera parte. Ese ya fue el aviso para que los blanquiazules pusieran una marcha más. Embarba asumió el reto y, tras una excelente acción individual, mandó la pelota en busca de RDT, Glauder no acertó a despejar la acción y el delantero madrileño, atento, sólo tuvo que empujarla al fondo de la red. El asistente lo anuló de inmediato por fuera de juego. Pero no lo parecía de ninguna manera visto en directo. El VAR le dio la razón al blanquiazul y, con esa jugada, se puso en ventaja en el marcador y apaciguó el ímpetu local.
Poco después Vargas pudo poner la puntilla en una excelente acción individual en la que superó a todos los que le salieron al paso, pero su remate final rozó el poste y se marchó fuera. Increíble gesto de calidad que se quedó sin premio. Dídac también tuvo su ocasión casi al acabar la primera mitad y repitió nada más comenzar la segunda parte.
Con el partido controlado, el Espanyol se sentía seguro en defensa y buscaba aumentar la renta. Un par de tiros lejanos de RDT, algún intento de remate de Wu Lei y una puntilla que pareció tener Embarba en sus botas a punto para acabar el partido. Pero esa otra ley del fútbol que lo hace imprevisible y agónico propició que en la siguiente jugada, una pugna de Gassama con Cabrera y Diego López, acabó con la caída del atacante dentro del área. El árbitro decretó penalti y el delantero del Fuenla puso el empate que cerró el partido y que dejó un mal sabor de boca en los catalanes y una indudable sensación de satisfacción y bienestar en el banquillo local.