1-0: Penalizados
El Espanyol pierde en El Sadar en un partido marcado por el infortunio
Tres puntos en juego y necesidades distintas. Osasuna quiere cerrar las heridas que le acompañan en las últimas semanas, en las que ha bajado claramente su rendimiento, mientras que el Espanyol necesita seguir remando con decisión y sin descanso para acercarse a una meta que sigue visible en el horizonte pero a mucha distancia. Tres puntos en juego y demasiados nervios en el campo. Tres puntos y el recelo de no fallar, de no permitirse errores. Así se presentaba el partido de El Sadar.
Osasuna, fiel a su costumbre, salió con la voluntad de jugar a oleadas, tal y como ha venido haciendo a lo largo del campeonato. Los resultados le avalan para seguir así. Instalado en mitad de la tabla, mantiene su fórmula sin gestos innecesarios. Así que al Espanyol le tocaba remar de lo lindo. Era un partido para roerlo poco a poco. Por eso, los 45 primeros minutos fueron trabados, poco vistosos, con pocas oportunidades en ninguna de las áreas. Un par de ocasiones firmadas por Embarba y RDT, con chuts lejanos, fueron el bagaje blanquiazul en la primera mitad. Diego López, por otro lado, tampoco pasó apuros.
La segunda mitad comenzó con otra velocidad. Diego López detuvo un buen cabezazo de Darko y apenas un minuto más tarde, una pelota que quería dejar pasar Víctor Sánchez acabó rozando en su codo. El árbitro lo tuvo claro. Ni voluntariedad ni VAR, penalti pese a las protestas blanquiazules. Roberto Torres, efectivo, adelantó a los locales.
Sin embargo, apenas unos minutos más tarde, Embarba intentó rematar de cabeza un centro de cabeza en el área pequeña. A todas luces pareció que David García lo desplazaba claramente. Pero, pese a las protestas, tampoco hubo VAR. Fue el primer aviso de que los blanquiazules se iban a plantar más a menudo en el área local, aunque eso implicara que las contras podían ser muy peligrosas.
El Espanyol intentó avanzar metros, pero el infortunio se cebó con los espanyolistas. Diego López fue expulsado al ver la segunda amarilla por coger un balón fuera del área. Cabrera se puso los guantes para intentar mantener al equipo con opciones. Con diez, sin portero, el empate fue imposible.