1-0: Frustrante derrota
El Espanyol genera numerosas ocasiones ante el Tenerife en un partido que domina, pero que acaba perdiendo de forma impensable
Que el Espanyol se haya marchado de Tenerife sin sumar, pero, sobre todo sin marcar, en un partido en el que generó suficientes ocasiones como para mandar en el marcador dejó una sensación de frustración y desazón entre la plantilla blanquiazul. Visto lo visto, el fútbol mantiene la misma ley de siempre: el partido se inclina del lado de quien es más certero en las dos áreas. No hay más. Sólo así se puede entender el 1-0 final. El Espanyol salió a mandar. Entró en el campo con la firme convicción de hacerse con el dominio del partido y lo demostró desde el inicio. En los quince primeros minutos tuvo hasta cuatro ocasiones muy claras para ponerse por delante en el marcador. En dos de ellas, Juan Soriano, ejerció de auténtico salvador de los suyos. El guion estaba claro: el Espanyol llegaba y generaba continuo juego de ataque, pero un error defensivo permitió que Enric Gallego adelantara a los suyos y ahí empezó otra historia. Con la ventaja en el marcador, los jugadores del Tenerife cerraron huecos y buscaron las contras con la velocidad de sus puntas. En el último cuarto de hora, cuatro ocasiones más para los de Luis García, pero Puado y Braithwaite no acabaron de afinar su remate. Y aún faltaba la guinda justo antes del descanso: un escandaloso penalti a Omar El Hilali (ignorado al unísono por el colegiado y el VAR), se quedó en una insistente reclamación blanquiazul sin respuesta. Mientras, en la grada, nadie entendía semejante regalo y lo festejaban entre la incredulidad.
El partido mantuvo, en líneas generales, la misma tónica tras el descanso. El Tenerife intentó contemporizar el juego y buscar las jugadas a la contra con más intención que eficacia, mientras el Espanyol seguía buscando la meta local en oleadas, pero chocaba una y otra vez con la nutrida defensa del Tenerife y con su portero. Ni siquiera, en el tramo final, con el equipo totalmente volcado sobre la meta de Juan Soriano, encontró el premio al enorme esfuerzo realizado.