1-0: El Espanyol merece más en el Wanda Metropolitano
Un gol de Griezmann de penalti condena el buen partido del conjunto blanquiazul
El Atleti salió acelerado. Quería acabar por la vía rápida. Marcar y manejar la ventaja. Se siente cómodo así. Cuantos menos líos, mejor. Sin embargo, los blanquiazules aguantaron sin problema los primeros minutos de presión local y poco a poco fueron acercándose cada vez con más peligro a la meta de Oblak. El primer aviso lo dio Granero, con un toque sutil que buscó la escuadra derecha del meta rojiblanco. Apenas un par de minutos después, Borja Iglesias inició una galopada al lado de los dos centrales y trató de superar a Oblak también por arriba desde fuera del área. Paradón del meta. Una segunda tuvo Borja, esta vez dentro del área, pero su remate forzado lo volvió a detener el rojiblanco. No se llevaba ni media hora de juego y los blanquiazules ya se habían acercado con peligro a la portería local en, al menos, tres ocasiones. Y luego una doble, de Baptistao, con (otro más) paradón de Oblak. El rechace le llegó de nuevo al delantero del Espanyol y su segundo intento se estrelló en el poste.
El Atleti entendió que el tema iba en serio y volvió a apretar el acelerador. Diego López, hasta entonces un espectador, se tuvo que lucir en un par de remates de Griezmann antes del descanso.
La segunda mitad comenzó igual. Acelerón local y réplica blanquiazul. Dídac intentó ponerla entre los centrales para Borja, pero se encontró trabado por la poblada defensa local. Con el Espanyol jugando en terreno rojiblanco, llegó la jugada que cambió guión. Los blanquiazules reclamaron por igual un fuera de juego de Correa y su caída en el área. El árbitro, que pitó penalti, quiso corroborarlo con el VAR y su decisión la avaló la pequeña pantalla. Griezmann fusiló con furia la meta de Diego López. Aún quedaban muchos minutos, pero el Atleti ya tenía el botín que quería para ralentizar el juego y jugárselo todo a la contra.
El Espanyol intentaba acercarse al área local, pero el conjunto de Simeone cerraba espacios e impedía el avance de los pericos. Los jugadores de Rubi colgaron balones sobre la portería rojiblanca pero Oblak despejaba los intentos de los blanquiazules por empatar. Rubi dio entrada a Piatti, Melendo y Pedrosa para acelerar el ritmo del partido. Los futbolistas del Espanyol reclamaron con insistencia un penalti sobre Borja Iglesias en los instantes finales. El marcador ya no se movió y el Espanyol no obtuvo el premio del empate, pese a realizar un partido muy serio.