1-0: Derrota honrosa
El Espanyol tuvo opciones de llevarse el derbi y luchó hasta el final
Un derbi es un derbi, se repite durante toda la semana. Un derbi no conoce de colores ni de favoritos, se insiste allá donde sea, entre los distintos equipos. Un derbi siempre tiene connotaciones. Y más si un equipo se juega la Liga y el otro, el descenso. La desigualdad es máxima. Pero la ilusión tiene que arrinconar a la clasificación. Rufete gastó todas las horas que pudo, después del partido contra el Leganés, en preparar tanto el partido como en reparar anímicamente al equipo. Un derbi es un derbi. Pues eso.
El Espanyol salió con un bloque más sólido en defensa, más numeroso, con la idea de recortar al máximo los espacios entre líneas, pero con la consigna clara de tratar de encontrar metros por delante para correr. De hecho, las dos primeras ocasiones destacables del partido tuvieron color blanquiazul. Embarba, saliendo desde campo propio, llegó a enfrentar un mano a mano contra Ter Stegen pero el meta alemán desvió con el pie su chut. Poco después, en otra contra, Marc Roca trató de colocar la pelota lejos del meta azulgrana, pero su remate tropezó en la pierna de Piqué.
Sin pasar apuros, el Espanyol se sentía cómodo en el partido, sólo incordiado por una falta de Messi que salió alta y por un intento de remate de Luis Suárez que desvió Calero. La primera mitad, encima, acabó con una doble ocasión blanquiazul. Dídac la comenzó con un centro que despejaron con apuros entre el meta azulgrana y Piqué y el rechace le llegó forzado de nuevo al lateral catalán, pero su nuevo remate se estrelló en la base del poste.
La segunda mitad comenzó con show de Munuera Montero (el de la expulsión de Bernardo en Getafe, pero ese día ignoró todo lo que sí hizo hoy). Una dura entrada de Ansu Fati a Calero comenzó con amarilla pero le avisaron que revisara la jugada en el VAR y cambió la amarilla por una roja. Un minuto después, la jugada se repitió aparentemente de forma más leve, con Pol Lozano y Piqué. Amarilla, revisión en el VAR y otra roja para el canterano blanquiazul. El mismo criterio según el árbitro. Fácil: los dos más jóvenes, al vestuario y 10 contra 10. Pero en la siguiente jugada, cambió todo. Un rebote defensivo dentro del área le cayó fácil a Luis Suárez y no perdonó para poner el 1-0.
Pese a todo, el Espanyol lo siguió intentando. RTD estuvo especialmente activo y probó, de cabeza, y con un chut lejano, la calidad de Ter Stegen. Bernardo, en el último suspiro, estuvo cerca de lograr el empate; un premio que hubiese sido justo por el esfuerzo del equipo.