1-0: De vacío
Un gol de Isi, en el 88, frustra el intenso trabajo blanquiazul en Vallecas
Vallecas, con o sin público, sigue siendo un escenario vinculado al fútbol intenso, de pelea, de lucha sin cuartel, puro fútbol de calle y barro. Y el Rayo apela a ese espíritu de equipo indomable para mantener una racha de resultados positivos en su estadio que mantiene desde principios de marzo. Posiblemente por eso, el Espanyol fue más prudente desde el principio. Intuyendo las escaramuzas locales, los blanquiazules se arroparon juntos para dificultar el numeroso ataque que propone Iraola a sus jugadores en cuanto tienen la pelota.
Con esas pautas, no es de extrañar que el partido se trabara desde el primer minuto y que, hasta el final, se quedara con unos números mínimos en cuanto a ocasiones. Las defensas se impusieron a los delanteros. Así de gráficamente lo resumió todo Vicente Moreno para explicar un partido que no tuvo ni un segundo de pausa.
Durante muchos minutos, al Espanyol le costó llegar a la meta de Dimitrievski y al Rayo no le quedó más que intentarlo desde lejos, a la desesperada y confiando que un rebote le pudiera favorecer.
Control. Puro control. Nadie quería perder la posición. Nadie quería arriesgar. Nadie frivolizaba con el juego. Todo era tensión y presión para dificultar al rival.
Y así siguió en la segunda mitad, aunque el Espanyol dio un paso adelante y poco a poco fue controlando en juego. Ni RDT ni Puado pudieron acabar de rematar un centro de Vargas al poco de reiniciarse el partido. Puado y Calero, minutos más tarde, remataron al fondo de la red en una jugada embarullada que acabó anulada aún no se sabe si por posición antirreglamentaria del delantero o falta al portero.
El partido entró entonces en una fase de alternativas que se diluían en los metros finales por la precipitación. Parecía la tónica definitiva, lo que seguiría sucediendo. Y cuando el partido languidecía, cuando parecía inamovible, un centro desde la derecha lo remató fuerte y ajustado Isi para poner en ventaja a los locales a punto de entrar en el descuento. El decidido ataque final blanquiazul se encontró con la pobladísima defensa local que se multiplicó para aguantar el resultado.