10 años sin ti. 10 años contigo
¿Qué? ¿Cómo? ¿Seguro?
No, no, no… No puede ser.
La noticia fue corriendo como un reguero de pólvora ante el incredulidad general. Todo el mundo llamaba a todo el mundo. Todo el mundo buscaba contestaciones que no existían. Todo el mundo se afligía al saberlo.
¿Pero qué ha pasado? ¿Cómo ha sido? ¿Así, de repente?
No había respuesta. Sólo un silencio que se rompía con las lágrimas y la pena de cada uno de los que recibían la triste y dolorosa noticia de tu inesperada muerte. La incertidumbre se volvió muy pronto certeza y un nudo en la garganta se apoderó de aquella noche de agosto, tanto en Coverciano, aquella desconocida ciudad italiana que quedará en la memoria colectiva blanquiazul, como en Barcelona. Negra y desconsolada noche.
La reacción fue fulgurante y espontánea. Dolorosa y sentida. Emocionada y angustiada. Y así sigue. Cada minuto 21, cada vez que aparece tu recuerdo, cada vez que se te nombra. Es más: seguro que todos los socios y seguidores del Espanyol recordarán perfectamente dónde estaban, qué hacían en ese momento y cómo recibieron tan triste noticia. Por eso esta pérdida se ha hecho tan personal, tan próxima, tan íntima.
No puede ser. No, no es posible…
… Pero sí. Desgraciadamente el paso de los minutos y las horas te devolvía una sacudida de realidad. Sí, Dani Jarque, el flamante capitán, el ejemplo para todas las generaciones futuras, nos dejó tan repentinamente como huérfano se quedó nuestro ánimo.
Ya han pasado 10 años. Se dice pronto.
10 años sin ti.
10 años contigo, cada día, en cada momento y en cada recuerdo. Hoy, también.