0-3: Oficio
El Espanyol supera con paciencia al Albacete en un partido intenso y muy trabado durante muchas fases
El Espanyol llegó al Carlos Belmonte con el aviso inequívoco de que no debía confiarse. Vicente Moreno lo había repetido una y otra vez: no había que mirar la clasificación, sino ponerse el mono de trabajo ante un rival que apura sus opciones de salir de la cola en una carrera a la que cada vez le quedan menos etapas. Y dicho y hecho. Premonitorio. El partido que esperaba era espeso, denso, complejo de jugar, sin demasiados espacios y con un Albacete que defendía cada metro con intensidad y coraje.
El Espanyol tardó en encontrarse cómodo en ese escenario, pero cada vez que encontraba un resquicio se acercaba con peligro. El primer aviso lo dio RDT al controlar un pase en profundidad de Keidi. Su remate tropezó con el cuerpo de Tomeu Nadal que salió a la desesperada para hacer aún más corta la distancia con sus defensas. Una jugada posterior de Puado no encontró rematador y otro ataque blanquiazul acabó con un rebote a pies de Embarba. Tomeu Nadal lo arrolló en su salida. Penalti. No hubo ni protestas. RDT asumió la responsabilidad y puso en ventaja al Espanyol.
Tras el descanso, el Espanyol siguió madurando el partido, poniendo pausa y vértigo cuando lo necesitaba y buscó la manera de cerrarlo cuanto antes. Calero, en un córner, puso el segundo y certificó la sentencia. Aún quedaban muchos minutos, pero sobre el césped se mantuvo la sensación de que los blanquiazules impondrían un severo control en partido en el que se tuvo que retirar lesionado en un hombro Óscar Gil. Omar, el joven jugador del filial, templó los nervios y no se dejó llevar por la presión. El tercer gol, otra vez RDT, sirvió para certificar la cuarta victoria consecutiva en esta recta final y sumar el décimo partido seguido puntuando.