0-2: ¡Remontada!
El Espanyol se clasifica para cuartos tras dar la vuelta a la eliminatoria gracias a los goles de Gerard y Baptistao
Perfecto. El Espanyol firmó un grandísimo partido ante el Levante para lograr la clasificación para los cuartos de final de la Copa del Rey. El conjunto de Quique Sánchez Flores fue capaz de remontar la eliminatoria gracias a los goles de Baptistao y Gerard y a un gran juego colectivo. Los blanquiazules jugaron con madurez y mucha inteligencia para superar a un rival que sólo remató una vez entre los tres palos. ¡Bravo, equipo!
Salió el Espanyol con ganas de mandar en el partido. El Quique había advertido que debían tomar la iniciativa, jugando con el corazón y la cabeza, para comenzar a inquietar a un equipo local que especularía con el reloj y con la ventaja en el marcador con la que salieron del RCDE Stadium. El Levante, como era presumible, lo porfiaría todo a jugar a la contra. Sin prisa, ordenados defensivamente para condenar los errores visitantes y a correr aprovechando la velocidad de Nano y Samu. Así la pelota estuvo más en campo del Levante que en el terreno blanquiazul y así fue como Gerard vio el desmarque de Baptistao, le lanzó la pelota en profundidad, y se plantó sólo ante Raúl para superarlo en su salida. El 0-1 ponía el escenario deseable. Comenzaba otro partido: el de aguantar el temple, dominar los nervios y jugar con inteligencia. Así nació la segunda gran ocasión visitante: después de una conducción de Jurado la pelota acabó, con metros por delante, a pies de Gerard y su chut se estrelló en el poste. Segunda oportunidad clara y nuevo susto para los locales que ya se empezaban a impacientar porque no era eso lo que esperaban.
A la tercera, llegó el segundo gol: esta vez Gerard sí aprovechó un error en un rebote defensivo local para darle la vuelta al marcador con una hora de juego aún por delante. Baptistao tuvo el tercero poco después pero su remate se marchó ligeramente desviado lo que provocó el alivio en la grada, pero también claras muestras de desaprobación para el juego de los locales que en media hora habían dilapidado la ventaja que traían de Barcelona.
Se intuía que el descanso traería cambios en el once local y los trajo. Ivi y Boateng entraron para darle más profundidad y presencia al ataque granota. Sin embargo, tardaron en despertar. Un remate de Jason al larguero puso un instante de ilusión, pero sin la continuidad esperada, aunque a partir de ese instante el partido entró en una fase de incertidumbre e interrupciones. Baptistao volvió a tener una carrera en ventaja pero acabó rodeado de defensas y no pudo rematar con seguridad.
El Espanyol jugó con una madurez tremenda la segunda parte: aceleró el juego cuando era necesario, puso pausa para rebajar el ímpetu local y supo administrar a la perfección su renta en unos minutos finales que, a diferencia de otros partidos, se consumieron sin excesivo sufrimiento por el bien de los corazones de los aficionados blanquiazules.