0-2: El deber cumplido
El Espanyol supera al Lleida Esportiu en un partido en el que tuvo que esforzarse hasta el final
Sabía el Espanyol que la primera eliminatoria ante el Lleida no sería nada fácil. Poco a ganar y mucho a perder. A partido único, como visitante, y frente a un rival muy motivado. El nuevo formato de la Copa del Rey anuncia sorpresas y obliga a los equipos de categoría superior a un esfuerzo extra si no quieren verse superados. En cualquier caso, los blanquiazules sabían que debían frenar el empuje y la velocidad local desde el inicio. Y a eso se dedicaron. De hecho, el juego se trabó desde el primer momento y le faltó la fluidez necesaria para crear ocasiones verdaderamente claras en ambas porterías.
Apretados en la zona central del campo, la pelota iba de un jugador a otro de los dos equipos en un carrusel trompicado y atropellado. El Espanyol buscaba huecos para aprovechar la velocidad de Wu Lei y los locales empleaban a Raúl en una pelea sin fin con los centrales blanquiazules.
Tardaron en llegar las ocasiones y sólo en la recta final de la primera mitad se pudieron contabilizar remates desviados de Naldo e Iturraspe.
El descanso pareció despertar a los de Machín que en el primer minuto tuvieron una clara aproximación de Piatti. Y poco después Wu Lei le ganó la espalda a la defensa local para superar a Víctor en su salida.
El gol del delantero chino actuó como estímulo para el equipo que comenzó a mover la pelota con más serenidad y se fue acercando con más asiduidad a la portería local, lo que provocó que el técnico local moviera el banquillo.
Sin embargo, la sentencia llegó en el 89, con un taconazo de Wu Lei, a centro de Pedrosa, que acabó en el fondo de la red. Así se cerró la presión local en busca de la remontada. Es más: Wu tuvo una última oportunidad, en el añadido, que salió ligeramente desviada y que hubiera supuesto su primer hat trick como blanquiazul.