0-2: Derrota en el RCDE Stadium
Un doblete de Lukébakio acaba con las opciones de puntuar del RCD Espanyol
El Espanyol vio rota su buena racha de resultados en el RCDE Stadium tras ser derrotado por un Sevilla que desequilibró el partido en dos acciones puntuales de su máximo goleador Lukébakio. El conjunto blanquiazul lo intentó, pero sin éxito.
El Espanyol inició con mucha energía, presionando y siendo un rival incómodo para un Sevilla al que le costó mucho entrar en el partido. El conjunto blanquiazul comenzó avisando con un Cheddira muy voluntarioso y con ganas de marcar. Lo cierto es que los primeros minutos del Espanyol fueron muy interesantes y salvo alguna escaramuza visitante, tuvo el partido bastante controlado. Hasta Álvaro Tejero, con un chut lejano de falta, intentó sorprender como ya hiciera la semana pasada en Bilbao.
Sin embargo, el partido tomó otro cariz cuando el Sevilla, en su primera llegada peligrosa, fue capaz de adelantarse en el marcador gracias a un sensacional chut de Lukébakio, seguramente, el jugador más determinante de los visitantes. El equipo de García Pimienta comenzó a superar con más asiduidad la línea de presión de los blanquiazules y empezaron a generar mas peligro. El partido se fue igualando y, de hecho, el Espanyol tuvo una grandísima opción para empatar, pero ni Král ni Puado aprovecharon la peinada de Cheddira. Los locales soñaban con llegar al descanso con un empate, por lo menos, pero de nuevo Lukébakio castigó a los pericos con el segundo de la noche al culminar otra acción individual.
El Espanyol necesitaba un gol para volver a tener opciones de meterse en el partido. Manolo González fue buscando la manera de que su equipo reaccionase. No ayudaron los constantes parones que evitaron que el segundo tiempo tuviera mucho ritmo. Como dato anecdótico se produjo el debut de Álvaro Fernández en el Sevilla. Veliz, a la salida de un córner, tuvo una buena opción para recortar distancias, pero su remate de cabeza salió rozando el palo. Un penalti, anulado posteriormente por el VAR, generó un halo de esperanza efímero.