0-1: Jofre acaba con el ‘gafe’ de Anduva
El Espanyol controló todo el partido, pero sólo pudo conseguir una victoria por la mínima
Jofre Carreras, el jugador que el Espanyol cedió la pasada temporada al Mirandés, se convirtió en el verdugo de los ‘jabatos’ esta tarde. La maldición del ex, se comenta habitualmente en los vestuarios. Lo que quiere decir, de forma coloquial, que suelen ser esos jugadores con pasado reciente en el rival, quienes acaban sentenciando el partido. Jofre, en un gesto de humildad, elevó las manos al cielo, casi pidiendo perdón, a los que le aplaudían la temporada pasada y recibió una cálida y cariñosa ovación de la afición local. En cualquier caso, el único gol del partido sirvió para evidenciar que el equipo sigue creciendo poco a poco y que suma su segunda jornada sin encajar. Siete de nueve en el inicio. Y también tuvo un efecto balsámico: por fin el Espanyol lograba superar el maleficio de Anduva, donde no había conseguido ganar ni en Copa del Rey ni hace dos años en Segunda.
Hasta llegar al gol de Jofre, el Espanyol tuvo un buen número de ocasiones. La primera y más clara en el minuto 2, cuando Pere Milla estrelló su remate en el palo, tras un insistente ataque blanquiazul. Después llegarían una de Lazo, un gol anulado al equipo local por un clarísimo fuera de juego (la manía arbitral de no abortar la jugada en el inicio), un chut de Pol Lozano que sacó un defensa bajo palos, una de Jofre rozando el poste y una última de Brian Oliván que salió desviada. En medio, sólo un aviso serio del Mirandés (Juan María) que salió ligeramente alto.
La segunda mitad volvió a ser un calco. El Espanyol controlaba un partido trabado, rocoso, incómodo, pero no acertaba con la meta local. Keidi se sumó un par de veces al ataque, Pere Milla vio como su remate lo sacaba en la línea Diego Moreno y, finalmente, llegó el gol de Jofre, tras una asistencia de Keidi. Puado tuvo ocasión de aumentar la ventaja, pero también encontró el acierto de un rival para evitarlo. El asedio local de los últimos minutos sirvió para confirmar a un Espanyol ordenado que sumó su primera victoria en un campo, hasta ahora, infranqueable.