0-1: Esfuerzo sin premio
Un buen Espanyol desaprovecha ocasiones en ataque y sucumbe ante una acción personal de Kubo
Cuando más aseado estaba el partido, cuando parecía que el Espanyol seguiría dando pasos adelante, cuando sumaba ocasiones que se escapaban increíblemente apareció Kubo y enfrió el ánimo blanquiazul con un gol de habilidad y plena confianza. Eso era ya en la recta final de la segunda mitad y el tanto donostiarra dolió como cualquier golpe inesperado que te trastabilla y en el que necesitas unos minutos para recuperarte mínimamente. Con esa acción se llevó la victoria la Real ante un Espanyol que se desesperó en ataque y que sumó toda la pólvora ofensiva que pudo hasta el último segundo de la prolongación del partido.
En cualquier caso, los jugadores blanquiazules se vaciaron desde el primer minuto. Una caída de Veliz dentro del área fue reclamada como penalti por los locales cuando aún había gente intentando llegar a su asiento de la grada. Poco después Puado remató desviado y, también, un minuto más tarde, Oyarzábal presionó tanto a Joan García que el intento de despeje del meta golpeó en el cuerpo del donostiarra y salió cerca del poste. Precisamente Joan se lució mediada la primera mitad con un despeje acrobático en una falta lanzada por Sergio Gómez.
La velocidad del Espanyol en ataque le mantuvo inquieto y vivo durante todo el partido. La pelota iba y venía. Sin dominar la posesión, los locales recuperaban y buscaban la verticalidad en sus acciones, puro correcalles, mientras la grada se sentía satisfecha por la imagen de un equipo decidido, intenso y competitivo.
Algo similar sucedió en la segunda mitad. El Espanyol buscaba la meta rival y la grada casi cantó gol en dos acciones que se sucedieron en un par de remates separados entre sí por tres segundos, pero ni Veliz ni Jofre pudieron encontrar el camino del gol. Aritz, sobre la línea de meta, evitó el forzado remate del delantero catalán.
El partido avanzaba hacia un empate sin goles hasta que, al poco de salir, Kubo, en una acción personal, evidenció su talento para escaparse de sus marcadores y superar con un potente chut al meta local. El Espanyol, al final, se quedó sin premio en un partido en el que mereció bastante más. La dictadura de las áreas, como se asume en los vestuarios.