0-0: Empate de calidad
Un Espanyol muy serio suma un punto de mérito en el Calderón
El Espanyol sumó un punto de oro en el Calderón después de un partido intenso, serio y que confirma el ejercicio de solidaridad entre los jugadores para sacar algo positivo de un campo complicadísimo.
El empate supone, por un lado, que el equipo suma su octavo partido sin perder y, a título personal, coloca a Diego López en la barrera de los 500 minutos con la portería imbatida.
El partido tuvo prolegómenos marcados por los elogios mutuos, los gestos y el reencuentro de jugadores. Cuatro blanquiazules defendieron no hace mucho la camiseta del Atleti, además de Quique Sánchez Flores, en el banquillo colchonero y Jordi Lardín, actual director deportivo del Espanyol, que estuvo en el palco, fue jugador de los dos equipos; Juanfran también fue antes blanquiazul. Gestos para los fallecidos en el accidente del Chapecoense (brazaletes y minuto de silencio incluidos), entre los que se encontraba Cleber Santana, exjugador rojiblanco y amigo personal de Jurado, Reyes y Roberto, además de Quique, que fue su técnico. Y gesto también del Espanyol sumándose a la iniciativa de la lucha contra la homofobia luciendo Víctor Sánchez, de salida un brazalete arcoíris, una opción a la que se añadieron también otros equipos de Primera y Segunda División esta jornada. Durante el partido, sin embargo, el irrenunciable escudo con el 21 en memoria de Dani Jarque, algo que se mantiene inamovible en todas las categorías del Espanyol.
Quique y Simeone se dirigieron piropos en las horas previas y en el Calderón se le reconoció al hoy técnico blanquiazul poco menos que fue quien puso la semilla del actual Atleti en sus dos campañas como colchonero. Sumó los dos primeros títulos después de años de sequía y eso no se olvida en el Manzanares.
¿Y el partido? Más o menos lo que se esperaba. Los locales practican un juego insistente, de muchas ayudas, colaborativo, y eso obliga al rival a no perder detalle, a estar plenamente concentrados porque lo mismo se cierran herméticamente que galopan hacia la meta contraria en tres pases. Quique distribuyó a sus jugadores sobre el campo para jugar una partida táctica que requería tanta concentración como decisión. Aunque la pelota iba y venía, de un lado a otro del campo, Oblak y Diego López apenas se vieron inquietados hasta la recta final en la que el meta local tuvo que salir a tapar a la desesperada un chut de Gerard después de una buena acción a la contra. Abortó la más clara ocasión de la primera mitad. En la segunda tuvo otra igual. Esta vez ante Baptistao. En el 59, esa acción despertó a los blanquiazules que firmaron en los siguientes minutos fútbol de kilates, hasta que Diego López también puso de su parte y desvió espectacularmente un remate de Gabi. El toma y daca fue continuo a partir de ese momento.
Los últimos minutos el equipo sacó fuerzas de flaqueza para intentar anular todos los intentos locales por encontrar el fogonazo que les diera la victoria. Los jugadores se vaciaron y merecieron los elogios del técnico y de la grada, que entendió el esfuerzo blanquiazul.